Capitulo 1

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Respiro de manera lenta y pausada, intentando controlar cada una de mis pulsaciones haciendo mi corazon latir al ritmo que yo quiero. Fijo por ultima vez mi mirada en ese gran hombre de cabello rubio y de marcados rasgos del norte de europa y disparo. Disparo dando justo en el blanco, un tiro limpio y fino entre medio de las dos cejas.

-Joder chica cada dia lo haces mejor-me autofelicito en voz alta levantando la mirada de la mira de mi francotirador.

Me levanto despacio del suelo de la fria azotea donde me encontraba tumbada desde hacia cuatro horas y media. La gente corre de un lado a otro, alarmada y gritando, es normal esta reaccion ya que acaban de ver como un tio en la puerta de un hotel es asesinado.
Cojo mi movil con tranquilidad y marco el numero de Fran mi querida hermana.

-Ya esta. Avisa a mama de que Borisov no volvera a meter sus narices en esta ciudad.

Tras colgar guarde mi telefono en el bolsillo de mi chaqueta y comence a recoger mi arma desmontandola y guardandola en mi bolsa de deporte. Miro por ultima vez el suelo revisando que no de me ha olvidado nada y me giro camino de la puerta para bajar tranquilamente por las escaleras del edificio y salir a la calle de manera tranquila. Los primeros coches de policia empiezan a llegar al lugar, miro la escena desde el otro lado de la avenida, esto es un verdadero caos. Meto la mano en el bolsillo de mi pantalon buscando un chicle y comienzo a caminar direccion la parada del autobus.

El camino a casa fue tranquilo, en el autobus no habia mucha gente y las calles estaban practicamente deserticas, era miercoles estaba anocheciendo y hacia un frio de mil demonios.

-Mama ya he llegado-dije abriendo la puerta de casa y cerrando tras de mi.

-Por fin has llegado, ¿has tardado mucho no cielo?

-Tardo bastante en aparecer-dije cogiendo un platano y sentandome en la isla de la cocina.

-Roma baja de ahi ya sabes que no me gusta que te sientes en los muebles-dijo mi madre mienstras me golpeaba con suvidad la espalda.

-A cualquiera que le cuente que puedo matar a una persona pero que mi madre no me deja sentarme en el muble de la cocina se reiria de mi.

-Que seas capaz de asesinar a alguien no significa que debas tener malos modales señorita-dijo frunciendo el ceño en modo de reprimienda.

-Mama por favor tiene 19 años no la trates como a una niña-dijo Francesca entrando en la cocina.

Francesca era todo lo opuesto a mi. Ella habia salido igualita a mama, pelo liso y rubio, alta, ojos de un color tan azul que podrian confundirse con el mismisimo cielo y un cuerpo que podria enamorar a cualquier hombre que la mirase por mas de cinco segundos. Yo en cambio era muy parecida a mi padre, de estatura media baja, pelo negro y ondulado, ojos marron chocolate y de mi cuerpo tampoco me podia quejar, era delgada y con curvas, me gusta hacer deporte en mi tiempo libre aunque tampoco me cuido demasiado.

-¿Que tal el dia?-dijo Fran jugando con uno de mis rizos.

-No me puedo quejar, con un poco de dolor de espalda por esperar a ese tio tantas horas pero bueno-me acaricie un poco mi lumbar dando sentido a mis palabras-¿Y el tuyo?

-Mickel no me habla-dijo suspirando pesadamente miras que recostaba su cabeza en la isla de la cocina.

-¿Por que se ha enfadado ese capullo esta vez?-dije rodando los ojos.

-Quiere que lo acompañe a una fiesta de su universidad-dijo con frustracion-y tu ya sabes lo timida que soy yo-esta vez me miro directamente a los ojos e hizo un mohin con los labios.

-¿Puedo invitar a Ryan y a Julietta?

-Claro-dijo sonriendo ampliamente-sabia que me ibas a decir que su, eres la mejor Rom-se levanto y me abrazo-la fiesta es el Viernes asi que mañana iremos de compras, quiero que cuando Micky me vea vuelva a enamorarse de mi-dicho esto salio de la cocina con su telefono en la mano, supongo que ira a llamar a Mickel.

Angel NegroWhere stories live. Discover now