9° ¿Qué hacen aquí? [Editado]

1.4K 202 72
                                    

"¿Qué está pasando?"


Saliendo del aula, Jingyi estaba tan perdido en sus pensamientos que no se percató de la presencia de su, ahora, novia o enamorada, y para ser sincero tampoco le importaba. Era cruel, pero no podría olvidar lo que hicieron hace unas pocas horas, después de todo solo lo estaba ayudando a liberarse de la maldición del amor. Estaba agradecido. No obstante, también sentía que la estaba utilizando, así que prefería ignorarla por el momento.

A fin de cuentas era un novato en esa área.

— ¿Por qué no me esperaste?— reclamó Aoi—. Tenemos que fingir estar enamorados, ¿recuerdas?

Él la miró—. Sí, pero sigo insistiendo que es una mala idea.

— Eres como un libro abierto, A-Yi — suspiró, la chica—. Sé lo que estás pensando, y te puedo asegurar que yo me metí en esto y que no me estás utilizando.

— ¡BRUJA!— le gritó asombrado y asustado por ese don.

Saltó en su sitio, y se alejó un metro de ella.

La chica se sintió ofendida, y pensó que estaba echa un desastre. Se examinó minuciosamente, y no encontró nada fuera de lo común. Observó al Lan enojada.

— ¡¿A QUIÉN LE DICES BRUJA?!

Los dos llegaron a la salida de la preparatoria, corriendo como niños pequeños, y se despidieron con un abrazo.

El Lan desde la lejanía vio la silueta de Xiao, alejarse y hacerse más pequeña. Suspiró aliviado, y volvió a mirar la preparatoria.

Sonrió con tristeza. Sería su último año en ese lugar, donde conoció a Sizhui, donde hizo grandes amigos y tantas travesuras que terminaron en la dirección muchas veces, donde su primer amor se dio.

Se burlaba de él mismo, llamándose estúpido.

No faltaba mucho para las festividades. Y eso le aterraba. Después de todo, luego de las fiestas terminarían graduándose.

Dejo de mirar con esa sonrisa. Caminó directo a su hogar, tal vez encontraría a su madre o padre en la residencia, y luego, lo abrazaría para aliviar su corazón. Ellos eran los mejores en hacerlo sentir bien, como si fueran sus verdaderos padres. Y estaba tan agradecido.

Pasó una calle, y siguió caminando. Miraba el cielo, a las personas, a los animalitos, las tiendas, miraba todo para despejar su mente. De repente, su cuerpo se erizó. Una corriente le recorrió desde la cabeza hasta la punta de los pies, causando que voltee a observar atrás de él.

No encontró a nadie.

Se asustó tanto, que salió corriendo.

« Un fantasma. ¡UN FANTASMA ME SIGUE! » Exclamo, aterrado.

Por suerte, vivía cerca de aquella calle.

Llegó a la puerta de su casa y saco las llaves que sus padres le dieron. Las colocó, entrando como un rayo a la casa. Suspiro aliviado cuando dejó de sentir miedo.

— ¡A-Yi!— gritó alguien desde las escaleras.

— ¡Madre!— dijo del mismo tono Jingyi.

Los dos corrieron a su encuentro y se abrazaron con mucho amor.

Wei Ying estaba tan feliz de ver a su cachorro después de todo el día. Sonreí tan alegremente que ni su hermano Cheng le quitaría esa sonrisa.

El Wei beso la frente de su hijo y caminaron a la sala.

— ¿Cómo te fue en la escuela? ¿Te metiste en problemas?— pregunto interesado.

| Un poco de Confusión | ZhuiYiWhere stories live. Discover now