El punto central son tus miedos, aunque es más pequeño de lo que piensas.
Llorar, temblar, huir, no hay sueños, no hay metas, solo estás tú dentro de aquella burbuja solitaria.
Es cuestión de que alguien sea valiente y se anime a salvarte. Mira por unos segundos esa mano y piensa si estás listo para intentarlo una vez más.
Te aferras y a partir de ese momento te das cuenta de que por primera vez no estás sólo.
Te levanta con el vértigo de caer, pero esa mano, ese soporte, no irá a ningún lado hasta sacarte de allí.
Cuando tu corazón y mente sanen, serás capaz de volar y ver a la distancia esos miedos, que ya no son un punto central, más bien un rasguño que sanó y olvidó.
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RandomSi tienes alguna idea, dímela por privado. Algún cuento que te hayan contado y te fascinó, o alguna frase, también cuentan reflexiones. Yo las publicaré por éste libro. Obviamente que aclararé la dueña o dueño de cada escrito. Hay cosas mías tambié...