|6|

1.6K 179 99
                                    

 —Adivinación es una mierda.

 Luego de que Eileen hablara con su padre en el salón de pociones, se dirigió al Gran Comedor con Draco, quien la esperaba fuera del salón, caminaron tomados de la mano con una sonrisa en sus rostros. Mientras caminaban, la chica le contaba a su novio lo que había pasado y también le mencionó que le había dicho a su padre de su relación, a lo que Draco no sabía si estar contento o asustado.

 Ya en el Gran Comedor se sentaron en la mesa de las serpientes junto a sus amigos, Eileen se recargó en el hombro del rubio y el la rodeó con el brazo, desde donde estaba podía ver a sus amigos en la mesa de Griffindor discutiendo y luego a Harry saliendo rápidamente del Gran Comedor; suspiró. Últimamente su amigo se molestaba con facilidad, luego hablaría con él y con Hermione, aún no les contaba sobre su reciente relación con Draco Malfoy y no sabía como reaccionarían.

 Hermione sería la más comprensiva, estaría feliz por ella sin importar quien sea; pero por otro lado, Harry y Ron eran los verdaderos problemas, seguramente enloquecerían al saber que una de sus mejores amigas sale con el chico que los molesta desde primer año.

 Ahora la hija de Snape se encontraba en la clase de Adivinación junto a Draco, Bella y  Blaise, estaban sentados en los cojines alrededor de una pequeña mesa redonda.  Los cuatro estaban leyendo el EL ORÁCULO DE LOS SUEÑOS e interpretando los sueños de sus compañeros pero la castaña se negaba, estaba con los brazos cruzados sobre el libro que estaba en la mesa.

—No seas insoportable y hazlo, Snape. —habló Bella sin apartar la vista del texto.

—Oh, no podría. Ese es tu trabajo, Malfoy. —le sonrió la chica sin moverse de su posición.

 Blaise se rió por lo bajo pero la rubia le dio un zape con el libro haciendo que el moreno se queje y que el rubio se ría, la profesora Trelawney los observó al ver que no trabajaban y sus ojos celestes, que se veían como pelotas por sus gafas, incomodaron a los adolescentes. Eileen rodó los ojos y abrió su libro y fingió leerlo. La Profesora Trelawney les mandó la tarea decopiar sus sueños diarios durante un mes.

 Cuando sonó la campana salieron del salón y bajaron por la torre camino a la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, en el pasillo Eileen divisó a Hermione, le dio un beso a Draco diciéndole que estará con su amiga en la clase y se acercó a ella. 

 La chica de Gryffindor le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.

—Tengo mucho que contarte. —soltó en cuanto se posó a su lado.

—Puedo darme una idea, estuviste muy sonriente todo el día. 

—Estoy feliz, Herms. ¿Te parece ir a la biblioteca después para hacer los deberes y mientras te cuento lo que pasó? —propuso Eileen sonriente.

—De acuerdo, pero deja de sonreír que me asustas. —bromeó.

 Eileen le dio un golpe con el codo y rió, enlazó su brazo con el de su amiga y entraron al salón. Cuando entraron la profesora Umbridge estaba sentada en la mesa del profesor, llevaba la chaqueta rosa de lana de la noche anterior y un lazo de terciopelo en la cabeza. Eileen, quién tomó asiento junto a Hermione, hizo su mayor esfuerzo por no reír por la ridícula ropa de la profesora. 

 La clase estaba en silencio; la profesora Umbridge era aun una desconocida, y nadie sabíalo estricta y disciplinaria que podía llegar a ser. 

-Bien ¡Buenas tardes! –dijo cuando toda la clase estuvo sentada. 

 Algunas personas contestaron vagamente buenas tardes. 

—No, no, no. —dijo la profesora Umbridge —Esto no puede ser así. Deben contestar "Buenas tardes, profesora Umbridge" todos a la vez, por favor. ¡Buenas tardes, clase! 

The Princess of Slytherin (En pausa temporalmente)Where stories live. Discover now