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 Los alumnos fueron sentándose a las cuatro largas mesas del Gran Comedor, que pertenecían a cada una de las casas del colegio, bajo un techo negro sin estrellas, idéntico al cielo que podía verse a través de las altas ventanas. Las velas que flotaban en el aire, sobre las mesas, iluminaban a los plateados fantasmas que había desperdigados por el comedor, así como los rostros de los alumnos, que hablaban con entusiasmo intercambiando noticias del verano, saludando a gritos a los amigos de otras casas y examinándose los recientes cortes de pelo y las nuevas túnicas. 

 Eileen caminó directo hacia un extremo de la mesa de las serpientes para estar sola unos momentos. Miró el Gran Comedor pausadamente y entonces se cruzó con la mirada insistente de Hermione al otro lado, Eileen le hizo una seña de que luego hablarán.

 Cuando Hermione entró al compartimiento en el que estaban Draco y ella ninguno supo qué decir, el rubio solo salió del compartimiento sin importarle chocar con Hermione en el paso y antes de que Hermione bombardeara a Eileen con preguntas ella le dijo que luego le explicaría todo. 

 Que vergüenza sentía. 

 ¿Y ahora qué le diría a Hermione? Nunca le dijo lo que sentía por Malfoy, no se lo dijo a nadie. ¿Y si le contaba a Harry y a Ron lo que había pasado y dejaban de hablarle? ¿Y si Hermione se enojaba con ella? O peor... ¿Y si su padre se entera? Los rumores en Hogwarts corren muy rápidos.

 Su cabeza era un tornado de preguntas, inseguridades y miedo, pero terminó cuando Blaise Zabini y Theodore Nott se sentaron con ella.

—No nos hemos visto en todo el verano, hablamos muy poco y ¿ni te dignas a saludarme, Leen? —preguntó el moreno fingiendo enojo.

—Perdona, Blase. Hola Theo.

 Eileen parecía estar desconcertada pero su mirada aún permanecía en la mesa de los Gryffindors. Theo, quién estaba sentada a su lado, siguió la mirada de la castaña.

—¿Está todo bien? 

 Eileen rió amargamente.

—Define estar bien. 

—¿Dónde están los demás? —preguntó Blaise mirando hacia la puerta. 

 Bella Malfoy entraba al Gran Comedor con su aire se superioridad, seguida de Crabbe y Goyle detrás de ella. Bella se sentó junto a Blaise y Crabbe y Goyle se sentaron junto a ella.

—¿Y Draco? —volvió a preguntar el moreno a la rubia.

—Estaba hablando con Pansy, ya debe de venir.

 El pecho de Eileen se oprimió al oír el nombre de Pansy.

—Que molestia. —habló Eileen apoyando su mejilla en su mano —El ser prefecto.

—Eso lo dices por que no te nombraron a ti prefecta, Snape. —respondió Bella maliciosamente, Eileen la miró molesta.

—¿En serio quieres jugar "lo que yo tengo y tu no", Malfoy? No te conviene conmigo.

 Eileen habló en un tono brusco, Bella la miró entre confundida y enojada. La mesa se llenó de silencio pues los chicos no sabían qué decir, Eileen ya estaba bastante estresada como para lidiar con la rubia ahora. 

 Draco Malfoy y Pansy Parkinson entraron al Gran Comedor y se acercaron a sus amigos, Eileen bajo la mirada para no ver a Draco pero podía sentir la mirada del chico sobre ella. Ambos prefectos se sentaron junto a Theo, el rubio a su lado y la chica a un lado de Draco abrazandolo del brazo. El rubio se inclinó para ver a la castaña pero ella estaba con la mirada baja, Theo le hizo un gesto y Draco negó. 

The Princess of Slytherin (En pausa temporalmente)Where stories live. Discover now