No huyas de mi *3*

"ADIÓS PELIRROJA"

Son las cinco de la mañana, ya le he dicho a mi madre que decisión he tomado, pero hoy... hoy quiero pasar el día entero con Noa.

Acaricio su rostro dormido y pongo un mechón de pelo tras su oreja.

Noa se mueve ante mi caricia, pero vuelve a dormirse.

Me incorporo y salgo de su habitación en silencio.

Quiero que el día de hoy sea especial para ella, y para eso... necesito darle algo muy importante.

Me dirijo al salón para despejar un poco la mente.

No me doy cuenta de que las horas han pasado hasta que unos brazos aparecen en mi campo de visión y me abrazan.

- Buenos días madrugador...

Sonrío y tiro de Noa para que acabe encima mío.

- Buenos días pelirroja

Le doy un beso en la frente y sonrío.

- Voy a prepararte el desayuno, hoy serás mi reina.

Noa se ríe y se acomoda en el sofá.

Verla así de relajada me rompe el corazón, y mas sabiendo que es culpa mía.

Acabo de prepararle tortitas y las sirvo en la mesa junto a un zumo de naranja.

Me acerco a ella y veo como me sonríe para que la coja en brazos.

Le doy un beso en los labios y la levanto como princesa para llevarla a la mesa y que disfrute de su desayuno.

- Tu no quieres comer nada TJ?

- No tengo apetito, prefiero verte disfrutar.

Mientras la observo comer, no puedo evitar recordar la primera vez que llegó al instituto... si no me hubiera chocado con ella, creo que jamás la hubiera conocido como ahora.

Cuando Noa acaba de desayunar, decidimos hacer una maratón de las películas que mas le gustan.

Tenerla entre mis piernas abrazando su cintura y su cabeza apoyada en mi pecho, hace que quiera mil veces besar su cuerpo entero.

Sin saber como ni cuando me acabo durmiendo con ella encima.

Cuando abro los ojos, me encuentro solo en el sofá con una manta encima y las luces apagadas.

Que hora es?

Miro el reloj y veo que son las seis de la tarde.

Genial, me he pasado el día entero durmiendo.

Escucho la puerta de la entrada abrirse y veo a Noa entrar con un par de pizzas.

- Buenos días oso perezoso, ya pensaba que tendría que tirarte un baso de agua encima para que despertaras.

Me río y la abrazo por la cintura.

- Me muero de hambre...

Nos sentamos a comer mientras vamos hablando de la escuela y de lo que tiene pensado hacer en el futuro.

- Y tu TJ? Que tienes pensado hacer?

El apetito de se me quita de repente y dejo el trozo de pizza en el plato.

- Yo...

- No tienes porque decirlo si no quieres.

Noa me sonríe y acabamos de comer entre bromas y charlas amistosas.

 Cuando llega la noche, me vuelvo mas inquieto, y se que Noa lo siente.

- TJ pareces un chihuahua, relájate!

Me río y abrazo a Noa, la cojo de las piernas y la subo para que me rodee la cintura con sus piernas.

Subo las escaleras hasta su cuarto y la tumbo en su cama.

- Eres hermosa Noa.

Ella sonríe y me acaricia la mejilla.

- TJ, sea lo que sea que te está comiendo la cabeza, no te preocupes mas. Estamos juntos ahora.

Beso sus manos sin contestar y nos tumbamos juntos disfrutando de nuestra compañía.

Son las dos de la madrugada cuando soy consciente de que Noa se encuentra completamente dormida.

Salgo de la cama sin que lo note y me cambio en completo silencio.

Antes de salir de su cuarto, le dejo sobre la mesa de noche el anillo que siempre he llevado conmigo.

Miro a Noa y le doy un ultimo beso en la frente.

- Esta será seguramente la última vez que te vea pelirroja... pero siempre seré tuyo.

Cierro la puerta y salgo de su casa para meterme en la furgoneta donde se encuentran mis padres.

Miro por última vez su casa y decido cerrar los ojos.