Marinette: cambié de opinión –dijo sin mirarme- quiero estar con ellos

No podía creerlo, ¿por qué me hacía esto? Tanto la extrañaba y deseaba estar con ella, y ahora de pronto estaba molesta y prefería ir a casa de sus padres antes que hablar conmigo.

Eso me molestaba, ¿por qué las mujeres no pueden hablar de frente de las cosas que les incomodan? ¿qué pasaba con ella?

Apreté la quijada y sostuve con fuerza el volante, ahora yo también estaba molesto.

Adrien: está bien.. –dije molesto- te llevaré con ellos

Marinette: bien..

Di la vuelta en la primer intersección y conduje hacia la casa de sus padres. Durante todo el camino ella no dijo ni una sola palabra y yo tampoco. También estaba molesto..

¡Y lo peor es que yo ni siquiera sabía el por qué!

Bueno si, si sabía, por la actitud indiferente de Marinette. Solo de la nada ella se molestó y no quiere decirme el por qué, yo también estoy en todo mi derecho de molestarme por ello, era la primera vez que pasábamos por una situación así.

Nos detuvimos en un semáforo. Miré por la ventana hacia la banqueta del otro lado de la calle. En una banca estaba una pareja platicando alegremente y demostrándose cariño sin preocupaciones. Besándose y abrazándose como si no hubiera un mañana. Como si no importara la hora ni el lugar donde se encontraban.

Inconscientemente sonreí, era como verme a mí mismo con Marinette en alguna de sus otras visitas. Suspiré dejando caer los hombros, debía tranquilizarme.

La miré de reojo, ella seguía mirando hacia afuera. Solo volví a suspirar y miré al frente, justo en ese momento la luz roja cambió y continuamos con el viaje.

Al llegar a su casa apagué el auto. Nos desabrochamos los cinturones de seguridad, mientras esperaba que ella hiciera el primer movimiento, se mantenía sería. Aunque miraba hacia la casa no hacía ningún movimiento por salir del coche. Entonces creo que yo debería hablar.

Adrien: ¿Qué es lo que te pasa, Marinette? –pregunté sereno- ¿por qué has estado tan seria en todo el camino? –insistí

Esperaba que ahora si ella me dijera aquello que la molestaba o inquietaba, no me gustaba estar así. En lugar de estar riendo y platicando, estábamos callados y amargados, no quería eso en nuestra relación.

Ella suspiró profundamente, dejó caer los hombros y bajó los brazos.

Marinette: no es nada.. –aseguró con indiferencia

De nuevo henos aquí. ¿Por qué sigue tan intransigente? ¿Por qué no me dice que es lo que le molesta?

Fruncí la boca con desagrado, ella me estaba mintiendo. La conocía lo suficiente para detectarlo, pero no podía dejar que las cosas se quedaran así. No cuando tengo tan poco tiempo para estar con ella.

Adrien: ¿segura? –insistí con sutileza- pensé que después de tanto tiempo de no vernos, estarías un poco más animada y bueno.. –pausé y la mire- has estado seria toda la tarde, ¿por qué no me dices que es lo que te molesta? –dije comprensivo

Ella se tensó un poco ante mi pregunta, creo que estaba a punto de ceder. Con algo de pesadez inclinó su frente sobre el panel y suspiró con el mismo sentimiento. Eso me preocupaba aún más, a ella realmente le pasaba algo.

Adrien: Marinette.. –la llamé, ya estaba preocupado

Echó la cabeza hacia atrás, levantando el cuerpo. Miró a través del cristal con la mirada perdida durante unos segundos. Yo solo esperaba impaciente su respuesta. Cuando estuvo lista volteó rápidamente para verme con una mirada penetrante, una que jamás había visto en ella.

La chica del violín (Temporadas 1 y 2)Where stories live. Discover now