Las sombras de la Mansión Egerton [Serie La Corona 2]

Epílogo.

"Todo llega a su final en alguna ocasión, aunque eso supone el comienza de algo mejor"

―Anónimo

Viernes, 24 de diciembre

5 años después

―¿Otra vez de gris?

La observó desde el reflejo del espejo, donde alcanzó a ver el vestido rojo que llevaba, haciendo que sus ojos marrones adoptaran una tonalidad más clara.

―¿No te gusta? ―al voltearse, su madre sonrió.

―Te sienta muy bien ―se le acercó y fingió que sacudía la solapa―, pero es Navidad. Ponte algo más colorido.

―Casi todos mis trajes son grises o negros.

―Te has vuelto muy formal. Apenas reconozco al Riley pequeñito que vestía de rojo, azul o verde.

―Visto así cuando es casual. Si es formal prefiero el gris.

Danya le acarició la mejilla rasposa por la barba.

―Bueno, ya eres un adulto y sabes bien como vestir, pero un color alegre en Navidad no le viene mal a nadie.

Le dio la espalda un instante para tomar la bufanda de la cama. No quiso decirle que, yéndose un poco más allá a la preferencia del color para vestir, era el tono que más le gustaba a Piper verle puesto. No quiso que pensara que escogía su vestimenta en torno a ella.

―La felicidad no se lleva en la ropa, mamá ―envolvió la bufanda roja alrededor de su cuello. Finalizada su labor, le frotó los brazos―. Soy muy feliz y estoy bien.

Danya le apretó los antebrazos.

―Lo sé, pero soy tu madre. Creo que siempre tendré miedo de volverte a ver en aquel estado.

Riley se limitó a asentirle, dándole a entender que comprendía su situación. Como madre, debió ser muy difícil verlo transitar por una etapa donde su salud mental pendía de un hilo. Después de todo, el haber matado a un hombre, aunque fuera para salvar su vida y la de Piper, quebró algo dentro de él que por mucho tiempo pensó que no iba a sanar.