Capítulo 9: Regreso

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Ya podía levantarme e ir a las habitaciones de mis familiares, la de mi hermano estaba próxima a la mía, y la de mis padres en el pasillo del otro extremo, pero al menos, todos en un mismo piso. Ya que el doctor no quería que estuviéramos tan lejos. No volvió aquella mujer pero si vinieron dos hombres a interrogarme de nuevo, les mencione aquella mujer y dijeron que no habían mandado a nadie y que no era de ellos, ni la conocían. Ella es un misterio, que quisiera saber pero a la vez no quiero volverla a ver. Iré a ver a mi hermano...

-Hola

-Hey, pasa.

-Cómo está tu golpe?

-Mejor ahora - decía con una sonrisa grande, mostrando su dentadura blanca y perfecta.

-Me alegro escuchar eso- decía mientras agarraba su pelo lacio y jugaba con el me senté en la camilla junto a él cabiamos los dos perfectamente.

Hablamos de muchas cosas, entre ellas si el recordaba de lo que había pasado.

-No, sólo recuerdo algo.

-Que es?

-Yo llegue tarde a casa, Isabelle...pero no estaba solo.

-Dices, Juan y Samuel te acompañaron a casa?

-No, no eran ellos.

-Y quién?

-No recuerdo...

   Estaba cayendo, de un edificio, parecía viejo, estaba aterrada, mi corazón sentía que se me salía y gritaba con fuerzas mis manos trataban de agarrarse con algo. Me di por vencida y mis ojos estaban mojados, pero algo me agarro el brazo, haciendo que casi se me saliera de sitio.

-Te tengo.

Mis ojos abren rapidamente casi sin poder respirar.

-Señorita, esta bien?- preguntó la enfermera preocupada. -La estaba tratando de despertar para que se moviera a su camilla pero no había respuesta, casi llamaba al doctor- trataba de reir.

-No es necesario- decía con respiración agitada. - sólo tengo que calmarme.- Mire y vi que me había quedado dormida junto con mi hermano, que seguía durmiendo.

-Venga, a verificar su presión.

Mientras la verificada me iba calmando poco a poco, a la vez me recordaba de ese sueño extraño.

-Por Dios, casi le daba un infarto.

-Hah, tuve una pesadilla.- cualquiera le daría uno con ese sueño.

-Entiendo, una pesadilla y en ese estado en que usted está, le pude dar algo mucho  más fácil, las buenas noticias son que en 2 días usted y su familia podrán salir de aquí debido a que su familia y usted ya salieron de todo el estado crítico en que estaban.

-Que bien, al menos una buena noticia.- llevaba más de una semana aquí y aunque yo me recupere un poco mas rápido que mi familia no podía irme hasta que ellos estuvieran bien, ya que no tengo a nadie más con quién quedarme.

Me fui a la camilla y me pregunté:

-Quien me salvó en mi sueño?- digo, es solo un sueño por favor, pero me hubiera gustado saber quien fue mi héroe en mi sueño...lo mas seguro no existe, lo mas seguro fue alguien creado de mi propia mente. Así que lo ignoré y me fui a dormir.

Ya había pasado los dos días y mi familia y yo nos fuimos a nuestro hogar, estábamos todos, aunque mi padre estuvo al borde de la muerte... Estábamos escuchando música en el carro, todos juntos, parecíamos de nuevo una familia unida, tal vez, mi padre con el tiempo cambié, espero que esto nos haya unido, de una vez por todas. Llegamos a la casa y cuando entramos, estaba destrosada como si un huracán hubiera pasado por la sala y el comedor.

-Que habrá pasado?- pensé en voz alta.

-No preguntes, es mejor no saberlo...- dijo mi madre bruscamente.

     Nadie se acordaba, aunque sospecho que mi madre sabe algo, esta muy callada y seria se que no sabe lo que pasó le creo, pero algo se acuerda. Digo, todos recordamos algo? No? Mi hermano y yo...y mi padre dijo que recordaba que estaba peliando con mi madre, hasta le pidió perdón. Pero ella, no ha dicho ni una palabra hasta ahora que llegamos a la casa.

Recogimos todo y vi mucha sangre por el piso eso me preocupó, pero no podía decir nada, mi madre lo más seguro me iba a regañar de nuevo si lo hacía. Ella mapeaba, yo recogía los cristales rotos, mi hermano acomodaba y mi padre pasaba un paño. Era gracioso a la vez porque mi hermano y mi padre tenían vendas. Mi madre le cogieron puntos por la ceja y yo puntos en los brazos y otras partes del cuerpo y aquí estamos, limpiando como si nada hubiera pasado, me incómoda tanto no saber.

Subí a mi cuarto tan pronto terminé y en mi cama había una rosa con un pequeño papel mal cortado que decía: Lo Siento. 

De Vuelta A La VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora