Enamorado de una Rulér- Jorge Anzaldo [Chinos]

Seis- ¿me está evitando?

— Jorge yo-dije tapando mi boca, mi corazón estaba latiendo- ¿estás jugando conmigo?-pregunté sacando la pregunta de la nada, eso es lo que yo pensaba pero no pensaba decirlo.

— ¿Que?-el chico respondió de inmediato con cierta confusión en el rostro.

— Que si ¿estas jugando conmigo?-volví a repetir con más fuerza.

— No te entiendo Sofia ¿jugar contigo?-dice mirándome directamente- a que te refieres cuando...

— ¿te gusto?-volví a atacar.

— no lo sé Sof, acabamos de conocernos..

— yo, sinceramente no sé qué pensar de ti, Iván. te acercas a mi, me besas y yo pensé que ... olvídalo-reí bufando levemente, con fuerza me levanté y lo dejé sentado.

— ¿que pensaste?-siento una voz atrás de mi.

— ¡que al menos sentías algo!-lancé las palabras como dagas a su corazón, mis ojos estaban cristalinos.
Quería salir de ahí, soy tan tan sentimental.
No quería involucrarme con él en primer lugar, solo venía a conocer a mis "ídolos"

¿Que se cree? ¿Como puede jugar con mis sentimientos así? pues no, o si? no no. basta cabeza.

— oye, no llores por favor, cometí un error..-me dijo este mirando a muchas direcciones.

— en eso estoy de acuerdo, esto fue un error Iván, y ya no quiero escucharte, quiero irme a dormir.

Como pude caminé a grandes pasos, cuando menos lo pensaba estaba dentro de la habitación tapando mi cabeza con una almohada, y cubierta en sábanas.

(...)

Abrí los ojos con una jaqueca horrible, me sentía mal.

¿Que sucedió? Mis ojos se abrieron al instante, ayer habíamos tomado, sin pensarlo estábamos ebrios.
Pensando más recordé la pelea de anoche, todas esas palabras "¿estas jugando conmigo?" AY POR DIOS NO.
¿el drama se le habrá borrado a Jorge? por que fui muy clara anoche, que vergüenza.
Estaba ahí, dormido a mi lado, sus chinos levemente despeinados, es muy hermoso.

Me levanté con pesadez al baño, lavé mis dientes y me miré con cara de asco en el espejo.

Sin pensarlo dos veces tomé un baño, me cubrí con la bata y al entrar a la habitación Jorge no estaba ahí.
Me puse un pantalón y una blusa de tirantes roja, peiné mi cabello en un chongo. Claramente mi cara de muerto necesitaba maquillaje, así que me maquillé notablemente.

Tomé la manija de la puerta y la giré, al salir de la habitación, Yeyo que pasaba por el pasillo me invitó a la cocina, a probar uno de sus desayunos.

Comeré la comida de Diego Cardenas, y eso me hace muy feliz.

Nos había preparado panqueques dulces y salados.
Al mirar, estábamos desayunando todos, no me había percatado de que Jorge estaba ahí.

– oye Sof, ¿bebiste?-me preguntó Diego.

— todos-reí nerviosamente- ¿no?

— Cierto, pero me siento mal por que no te trajimos aquí para emborracharte y me siento mal hermano.

— oye eres un excelente hermano mayor, Diego, fue decisión mía tomar, así que no hay problema, no soy menor de edad.

— Bien, te preparé un té, disfrútalo mi hermana.-me dice él con una tierna sonrisa.

— Gracias Diego.-le devuelvo la sonrisa, la verdad es que Yeyo es como el hermano mayor que nunca tuve, lo adoro tanto.

— Me alegra de que estés aquí, ahora serás nuestra hermanita-me sonrió Lalo.