Los problemas de papá y mamá

Mulai dari awal
                                    

—Se supone que debes ser tú la primera en subirte, es tu fiesta, Laini.

—Quiero esperar a Evan —terminó de hablar justo cuando su mamá la llamó con voz animada.

Corrió a la entrada del patio, aun sujetando la mano de Katia, y ahí vieron a Evan, usando un pantalón de mezclilla y una playera azul con blanco como ella le había pedido que se fuera. Solo por esa ocasión permitiría que él fuera el amigo alto.

—Laini, ya llegó tu amigo Evan —anunció su mamá y por primera vez Evan no estaba solo, a su lado, sosteniéndolo de la mano estaba una joven mujer, muy, muy joven el realidad.

Tenía una mirada seria y una sonrisa extraña, no se parecía a Evan pero de acuerdo a las descripciones que él le había dicho antes, ella parecía ser su madre, Laini casi nunca olvidada lo que le decían. Esa joven chica de ojos marrones, piel canela, cabello negro y corto hasta los hombros era su mamá.

—Mucho gusto, soy Janeth, mamá de Katia y Laini —habló su mamá extendiéndole una mano.

—Sí, hola, soy Nadia, mamá de Evan y solo de él —dijo con nerviosismo estrechando su mano—. Él ha hablado mucho de Laini, me alegra que se hayan conocido.

—Igual yo —continuó su mamá con la plática. A su mamá se le daba muy bien hablar con cualquier persona, no como a ella que a veces le costaba seguir una conversación cuando la otra persona le parecía aburrida o no aportaba nada.

Mientras sus mamás hablaron en el jardín ella y Evan, junto a Katia, corrieron a la sala y empezaron a tomar algunos de los postres que sus padres aún no sacaban a la mesa del patio.

Su hermana mayor parecía estar contenta con Evan, estaban hablando y riendo y ella se sentía feliz con eso.

Pasaron solo unos minutos antes de que los demás niños empezaran a llegar y cuando más de 15 se encontraban en el patio, su papá se acercó a ellos y les pidió que salieron a jugar y divertirse con la música, los globos y el brincolín repleto de niños.

Estaba pasando un bonito día, sus compañeros no paraban de llegar, darle presentes y abrazarla. Le decían que se veía bonita, se tomaban fotos con ella y algunos más atrevidos la llamaban amiga cuando la presentaban a sus papás. No lo negó, pero no se sentía tan cómoda con esa palabra.

De ahí, solo Evan era su amigo.

Después del show de magia siguió una parte que jamás olvidaría.

Su mamá la sentó en el centro de una mesa redonda donde estaba el gran pastel, quedó completamente rodeada de todos sus compañeros con Katia de su lado derecho y Evan por el izquierdo, y todos al mismo tiempo empezaron a cantarle el feliz cumpleaños, las velas estaba encendidas sobre el pastel y su papá tenía una cámara grabando el momento, aunque no hacía falta, ella iba a recordarlo a la perfección. Corearon su nombre y aplaudieron fuertemente animándola a apagar las velas.

Sopló con todas sus fuerzas y se escondió debajo de la mesa cuando su hermana intentó aventarla sobre el pastel, arruinándoles la broma final. Ya estaba preparada para eso, en cada cumpleaños de Katia pasaba lo mismo y no le agradaba la idea de terminar toda llena de betún amarillo.

Sus compañeros rieron y formaron una fila para empezar a recibir su rebanada de pastel, su bolsa de dulces y un globo con forma de animal. A pesar que tenían mesas y sillas por todo el patio, todos se sentaron sobre el césped formando un círculo y ahí entre todos disfrutaron de su fiesta de cumpleaños.

Cuando el sol empezó a bajar poco a poco llegaron los padres de los niños y se marcharon de uno en uno, abrazándola, deseándole un feliz día y esperando ansiosos el próximo día de clases para hablar sobre la fiesta.

30 días para enamorarmeTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang