Sin ti

Aún pienso en ti

La escena era perfecta, Sam y Abbie preparándose para el gran día. Abbie siguiendo el plan, los dos apunto de llegar al momento culminante de felicidad. Creyendo que los dos tendrán ese maldito final feliz.

Ellos no lo tienen.

Los chicos de la película "y nadie más que tú", no tienen ese final feliz. Porque Abbie no llega, su boda no culmina y no pasa nada. He visto esta película unas diez veces, tal vez sea porque me recuerda un poco a Olivia y a mí, pero Olivia y yo sí nos casamos. Pero Olivia y yo casi tuvimos nuestro felices para siempre. Pero Olivia decidió irse, Abbie no.

Pienso en ella unas cientos de veces al día, me es inevitable no imaginarla aquí, sé que ella hubiera amado la película, le gustaban así. Un poco esperanzadoras, un poco tristes, un poco felices.

El sonido del timbre me hizo salir de mis vagos pensamientos. No iba abrir, mucho menos a mirar quien estaba tocando. Seguí estando acostado y subí un poco más el volumen de la tele.

— Alan, soy yo. Ábreme— fantástico. Tal vez si no hago sonido alguno él piense que no estoy.

— Escucho el televisor idiota—su voz se escuchaba clara detrás de la puerta, él siempre tuvo mejor voz que yo.

Me levanto del sofá hasta llegar a la puerta y abrir, la singular sonrisa de Gabriel aparece y le sonrío de vuelta.

—Hola hermano—mi voz sale floja y sin muchas ganas.

—Es increíble que me hayas hecho esperar tanto. Casi muero por tu ausencia —pasa hacia el apartamento y de manera dramática se tira en el sillón. —¿Estás viendo esa película otra vez? Santo Dios, es hora de que descubras que hay más cosas—.Y sin más, apaga el televisor.

—¿A qué se debe tu visita?

—¿Lo olvidaste? Lo olvidaste.

—¿Perdón?

—Haremos lo siguiente, te cambiarás, te pondrás perfume y saldremos de este lugar.

No sé en qué momento Gabriel creyó que iría con él.

—Creo que sería mejor que te fueras y vernos otro día. No lo tomes a mal.

—Mira Alan, no sé qué tan estúpido me crees, pero sé perfectamente que si me voy y a la semana regreso harás lo mismo—mi hermano se levanta del sofá y camina hasta donde estoy quedando casi a mi altura.—Te irás a cambiar y vamos a salir, me lo debes.

—¿Te lo debo?

—Lo haces, hace una semana fue mi cumpelaños y no fuiste, me felicitaste a los dos días. ¡A los dos días! Así que irás a tu cuarto y vendrás conmigo.

Él gana. 

Camino hacia mi habitación y voy hacia el closet. ¿Qué se supone que debo usar? Tengo mucho tiempo sin salir de noche. Elijo lo que me parece más cómodo, unos jeans oscuros y una camisa de botones. Una chamarra para el frío y algún reloj de accesorio. Me observo en el espejo, parezco diferente. ¿Soy yo el que se ve ahí? Mi cabello esta un poco despeinado, así que lo arreglo. Mi piel se mira muy pálida, tengo unas ojeras algo oscuras y justo ahora desearía tener algún tipo de corrector. A Olivia le encantaba el color rojo de mi cabello, decía parecer algún personaje de película. 

<<—¿Has pensado en pintarlo de algún color?— Olivia me observó con sus ojos cafés, sentada en el pasto de la facultad.

—No, la verdad que no.

—Me gusta así, pero si me pides mi opinión, un negro contrastaría genial con tu piel—sabía perfectamente el porqué de tu sugerencia.

—¿Quieres pintarte el cabello conmigo?

—Te estabas tardando. <<

Me miré de nuevo en el espejo, le sonreí a mi irreconocible reflejo y salí. 

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