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La algarabía predominaba, parecía que el entusiasmo y la adrenalina brotaba de los poros de cada uno de los individuos ahí reunidos, quizás por la alternativa decoración del establecimiento o lo emocionante de la situación. Natsuo no se consideraba un chico demasiado extrovertido, mucho menos de esos que se la pasaban de fiesta en fiesta, pero tenía sus buenas razones para estar sentado en una de las primeras mesas que ofrecían perfecta vista al escenario.

Había algo más ahí que atraía a los jóvenes de su universidad, quizás el ambiente tranquilo y distinto a otros bares en la ciudad, añadiendo el bajo costo de las bebidas o tal vez la imperaba esa originalidad del local al contar con una excelente banda; no importaba que estilo pidieran, poseían una versatilidad impresionante que fascinaba a los expectadores del show. Aunque no podía pasar por alto que su mejor amiga —la vocalista — era una bomba derrochadora de puro atractivo, su complexión física, la simetría de su rostro y la etérea voz que te llevaba al nirvana cuando cantaba las líricas adecuadas, incluyendo a los guapos muchachos que conformaban el resto del grupo musical.

El de cabellos blanco silbó a la camarera, conociéndola porque estaban en la misma clase de embriología y le pidió con un sutil gesto otra cuba libre. No era como si quisiera desperdiciar las bebidas gratis que la joven le invitaba por ir a verla y soportar los frecuentes gritos de la multitud cuando salían a tocar. Sin embargo, se sintió observado por un tercero y discretamente repasó el lugar de hito a hito, pero no encontró nada peculiar, hasta que captó el dúo dinámico —como solía apodarlo con sarcasmo— de su progenitor junto a su compañero Hawks, quienes pasaban desapercibidos por los tontos disfraces que utilizaban para alejar miradas penetrantes. A pesar de que, el mayor medía una altura bastante complicada de ignorar y las alas del rubio brillaban debajo de la luz artifical, lo único beneficioso es que esta era escasa para añadir misterio a la atmósfera.

—Justo cuando pensé que esto no podía ir de mal en peor —se dijo el Todoroki menor, tomándose el líquido de la botella de un solo trago. Viendo como los recién mencionados se acercaban a él.

Oh, sería una noche muy tensa y extraña.

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Takami mantenía una sonrisa serena, luego de las incómodas presentaciones y los afilados ojos del hijo de su ídolo clavados en él. Pero su atención estaba puesta en las cortinas brillantes, los instrumentos y el extraño sentimiento de nerviosismo que pocas veces lo visitaba, aun así, se hallaba completamente embelesado por la vibra ochentera que le gustaba.

— ¿No sabes a qué hora comenzarán? —interrogó el héroe, dirigiéndose a Natsuo que rodó los orbes cuando escuchó el pequeño regaño de su padre.

—Se supone que ya deberían estar tocando —anunció, distraído y con las mejillas sonrojadas por el alcohol en su sistema—. Lo que me intriga es ¿por qué carajos están aquí?

Endeavor se mordió la lengua para no decirle lenguaje porque probablemente sería echarle más leña al fuego. Por más estúpido que sonara, el pobre intentaba redimirse.

—Shio nos lo sugirió, comentó que era entretenido y... —habló el de orbes dorados, dudando en si decir lo último.

—En conclusión, viniste buscando a una chica, no es difícil de deducir —finalizó el adolescente, asintiendo medianamente comprensivo. Sin embargo, varias preguntas fluctuaron en su cabeza—. ¿Y por qué no vino tu novia, eh, viejo?

Enji resopló abochornado, las charlas con su retoño no habían funcionado del todo y ahora se cuestionaba de si aquello era correcto, pero tampoco podía desamparar al rubio y defraudar a su hermosa mujer—. Estaba ocupada, creo que ahora se nos unirá.

—Oh, allí está, es ella —afirmó Keigo, desviando sus resplandecientes iris llenos de ilusión a la figura femenina que caminaba hacia la mesa.

Natsuo palideció, sintiendo unas agresivas náuseas cuando levantó la mirada y las arcadas amenazaron con asaltarle en ese instante. Quería atribuirle la responsabilidad a lo que ingería, no obstante, la persistente idea de que SU confidente, íntima amiga y rebelde (Nombre), estudiante de literatura y presidenta de la asociación del alumnado universitario era la muchacha que esperaba.

Sí, todo podía empeorar.

Future Nostalgia ↳ HawksWhere stories live. Discover now