Paradise

22 2 1
                                    

¿Me amas? Lo harás ¿No me amas? Yo sé que si lo harás.

Cada día que pasa mi corazón se rompe por que no encaja pero es que no puedo alejarte, no es algo que pueda hacer en estos momentos. Tiemblo de solo pensar el que te alejes de mí después de todo el tiempo que hemos pasado juntos, no es fácil yo lo sé pero no puedo hacer nada más que retenerte.

¿Me amas? Lo harás ¿No me amas? Lo haces, solo te veo a ti.

Quédate aquí por favor, quédate a mi lado, esto te lo pediré una y otra vez. Prometo que seré mejor, cada vez más seré mejor, no tendrás que preocuparte por nada, seré mejor porque aún no puedo dejarte ir. Tengo que vivir y soportarlo porque sé que algún día todo esto terminará y es cuando de nuevo tiemblo de solo pensar en lo que vendrá.

—Me amas ¿verdad? —lanzo la pregunta al aire mientras observo la delicada figura de mi amado descansando entre las sábanas. 

—Es lo único que tienes que hacer, no es difícil —con lentitud me acercó a ti para contemplar tu dulce rostro, tus finas facciones que superan la belleza de cualquier mujer. No tengo ninguna duda de que tú eres el amor de mi vida.

—Recuerdas aquella noche en donde me contabas que te sentías inseguro con las decisiones que estabas tomando en ese momento —me miras con asombro y dulzura mientras mi dedo acaricia tu mejilla ¿tienes frío?—, recuerdas que te comente que todo estaría bien porque yo siempre estaría a tu lado —mi tono de voz es suave, no quiero que te sientas incómodo con la conversación.

—Siempre te recordé que yo no te dejaría nunca porque tú eres lo más importante en mi vida —me acerco de a poco a tu rostro, percibo el aroma cítrico que despide tu pálida piel y justo antes de poder probar tus labios escucho como llaman a la puerta con insistencia, debe ser él, ¡¿Qué no se cansará?!

—No desesperes que yo me encargo de que se calme, en un momento regreso cariño, eres todo lo que necesito —para que no te sientas mal me despido de ti con un tierno beso sobre tu frente, suelto un suspiro y me encamino hacia el recibidor donde el ruido de la puerta al ser golpeada se hace cada vez más fuerte conforme me acerco.

Una vez que me encuentro frente a la puerta respiro profundo y la abro para encontrar solo desesperación y amargura en su rostro. Sin más lo dejo pasar y nuevamente empieza a contar aquello que ya me sé de memoria, aquello que solo provoca que mi piel se erice por completo pero no de miedo si no que de emoción, intriga y sin mentir satisfacción.

Tiempo después lo observo irse un poco más tranquilo, hay que recordar que siempre es bueno ayudar a los amigos pero claro, los amigos también deben saber que no por ser amigos cercanos tienen el derecho de llegar cuando quieran o de que estaremos ahí todo el tiempo, es algo descortés de su parte venir sin avisar.

Porque si solo tú estás aquí esto es el paraíso, no necesitamos de nadie ni de nada para ser felices, eso es algo que solo nosotros lo sabemos muy bien. Es un paraíso donde te retengo contra tu voluntad, un triste paraíso de donde tú no puedes escapar por más que lo intentes porque aquí es donde podemos estar juntos por siempre.

Al regresar a la habitación lo único que puedo hacer es contener la respiración y ver por ti cada día que pasa, porque tú eres todo mi mundo y yo no puedo hacer nada más, tengo miedo de que puedas romperte y te alejes de mí, tengo miedo de que desaparezcas y me dejes solo, por esa razón te pido que solo te quedes a mi lado, no hagas nada más.

¿Me ves? Lo harás ¿No me ves? Yo sé que sí lo harás... esto duele.

Cada día soy una mejor persona, cada día me esfuerzo más y más por ti porqué aun no es tiempo de que te alejes, tenemos que vivir y soportar todo esto que nos rodea porque tú más que nadie sabe que pronto se detendrá. Ahora que estoy a tu lado y con la luz de fuera colándose entre las cortinas puedo apreciar que luces incluso más lindo que la primera vez que te vi.

ParadiseWhere stories live. Discover now