Tras el sobresalto, tomó el aparato en su mano y lo miró expectante, a la espera de que el sonido se repitiera. Un mal presentimiento se asentó en su estómago al hallarse sumido en el silencio. Presionó el botón de la derecha antes de hablar.

—Park. Adelante.

Con los músculos tensos, se detuvo un momento a escuchar. No hubo respuesta. Estando cerca de regresar el comunicador a su respectivo lugar, se volteó sobre su sitio, quedándose quieto, al percibir nuevamente el ruido de la interferencia atravesar el parlante. Respiró con pesadez, breves segundos antes de que una voz familiar se dirigiera a él desde el otro extremo de la línea.

—Park... Soy yo.

—Jackson— exhaló, sosteniendo con manos temblorosas el artefacto. El mal presentimiento drenándose. Un alivio—. ¿Qué sucede?

—Hay rumores... Dios, Park...

—¿Rumores? ¿D-De qué?— balbuceó. Era imposible que se tratara del híbrido ¿cierto? No había manera de que alguien se hubiera enterado.

—Han dicho que... que los humanos han asesinado un vampiro.

El pelirrojo parpadeó, sintiendo la boca seca ante el impacto de la noticia.

—¿Qué?— susurró.

—Mierda, Park, me estoy muriendo de miedo. No sé por qué está sucediendo esto, pero joder, joder...

—Tranquilo, yo...— Tragó saliva, aflojándose el cuello apretado de su camisa azul. Se sentía incapaz de procesar adecuadamente la información recibida, más de articular una oración completa—. No creo que...

—No sé qué ha ocurrido, pero sé qué habrán problemas... Planeo ir a hablar con el alcalde mañana temprano. Aunque si tengo que ser honesta contigo, no creo que me escuche... a menos que vengas tú.

Guardaron silencio. El corazón dando golpes incesantes contra el pecho de Park, a la vez que el temor se propagaba por su interior y una palabra retumbaba en sus oídos. Asesinado. Imágenes borrosas llovieron en su cabeza, imágenes de una guerra cobrando vida en sus recuerdos.

Pero ya no había que derramar sangre. Porque estaban en paz. Y lo único que residía en su memoria eran fotografías antiguas en libros de historia.

No tenía por qué repetirse la tragedia.

No debía repetirse.

—Dame un par de horas— soltó precipitadamente—. Estaré en tu casa en cuanto pueda.

—No tardes...— susurró Jackson. Park asintió para sí mismo—. Y Park... Gracias.

Un último aliento antes de que se cortara la comunicación. Park inhaló hondo.

Un asesinato... No habría sido tan difícil lidiar con el crimen, si no existiera aquel persistente conflicto entre ambas especies. ¿Siquiera se conocía al culpable? ¿Qué leyes regirían sobre él? ¿Las vampiras o a las humanas?

Complicado, reiteró en su mente, dándose la razón.

Una sonrisa rota se dibujó en su cara, mientras con las manos temblorosas guardaba las cosas de regreso en su bolso. Los libros y la ropa... Maldición. Todo esto era un desastre. Un maldito desastre.

Abrió la puerta con fuerza bruta. Ya era entrada la tarde. Yoongi y Jimin habían ido a dar una caminata por el bosque después del almuerzo. Asumía que ya habían regresado.

Con el raciocinio nublado, ni siquiera consideró tocar. Empujando la puerta de la habitación de Yoongi, ingresó al dormitorio.

No tardó demasiado en arrepentirse de su decisión.

—Oh, por Dios— jadeó. Observó a Jimin sin camisa debajo del cuerpo de Yoongi. Vio al híbrido, encontrándose con su mirada oscura y enfadada, y luego a Jimin, quien ahora tenía una almohada entre las manos. ¿Por qué? La respuesta llegó sin embargo, cuando repentinamente, el objeto chocó contra su rostro.

Auch.

—¡Aprende a tocar antes de entrar! ¡Bobo!— gritó Jimin avergonzado. Con las mejillas sonrojadas buscó su camiseta en el suelo y se cubrió el torso desnudo.

Park pensó en retirarse y hundirse en aquel sentimiento mortificante por horas. Debía admitir que era frustrante saber que lo que había entre Yoongi y Jimin de cierta forma era... oficial, no algo que pudiese ignorar, menos negar.

Pero no había tiempo para lamentaciones. Ni de actuar avergonzado, si es que venía a tema. Por lo que dejando la almohada de lado, se irguió frente a la pareja y se aclaró la garganta.

—Debo irme— dijo al fin. Sin pasar por alto la confusión reflejada en la mirada de Jimin—. Jackson llamó.

—¿Qué dijo?— murmuró sentándose sobre la cama.

—Algo sobre un... asesinato— Los ojos desorientados del castaño se abrieron con sorpresa—. Quiere que hable con el alcalde.

—Estás jugando...

—Me gustaría— sonrió con pesar. Jimin le miró en silencio y Park se mordió el labio—. Escucha, necesito ir. Puedo regresar luego pero... debo ir.

El castaño asintió, luciendo indeciso más que preocupado. El pelirrojo apenas dio un paso hacia atrás, cuando las palabras de Jimin lo agarraron desprevenido, impidiendo que se marchara.

—Espérame. Voy contigo.

Jimin frunció el ceño en su dirección.

—¿Irás a la ciudad?

—Sí— Se incorporó, dirigiéndose al armario—. No puedo permitir que hagan esto solos. Quiero ayudar.

Park esbozó una sonrisa suave, viendo en Jimin todo lo que le había encantado en un principio, aquella noche en el bar. La determinación y la esperanza. Brillando en los ojos almendra.

Un escalofrío lo recorrió cuando su atención cayó nuevamente en Yoongi. Un semblante serio, que no le daba exactamente una sensación agradable a primera vista.

—Esperaré en la sala— titubeó, notando cómo el iris del híbrido adquiría una tonalidad rojiza. Park trastabilló al retirarse del dormitorio y cerrar la puerta. Un suspiro abandonó sus labios al hallarse en el pasillo.

La voz de Jackson volvió a sonar.

Asesinado.

No, no había por qué preocuparse.

Llegarían a la ciudad, se encontrarían con Jackson y resolverían lo que hubiese por resolver. Necesitaba ser optimista. Necesitaba confiar en que todo estaría bien a la larga.

Lo último que necesitaban era otra guerra que lo destrozara todo.

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nose que le pasa a wattpad que pone las vistas en 0 y me llega el maldito,y ay esto creo que se pondra feito 

brotecito~

¡vamp, yoonie! •• ym.Where stories live. Discover now