Siempre

839 80 23
                                    

Como si hubiera sido hace unos días, los recuerdos se arremolinaron en mi cabeza, hasta parar en ti, Lily. Y es que aún recuerdo cada detalle de todos los momentos junto a ti.
Como el momento en que te pregunté tu nombre: Lily Evans, sin saber que ese sería el nombre más importante de mi vida.

O cuando te dije que eras una bruja, «¿te parece bonito decirle eso a una chica?» me dijiste con los brazos en jarra, pero en ese momento a mi jamás se me habría ocurrido ofenderte en ningún sentido.

Nuestra amistad creció hasta después de que llegó nuestra carta de Hogwarts, el colegio al que siempre había querido ir, en aquel tren color escarlata de Hogwarts conocimos juntos a los dos peores chicos de mi vida, no te agradaron y me dio gusto; el problema fue tiempo después.

Recuerdo también en quinto año, cuando me dio tanta pena que me veas de esa manera tan vergonzosa que, de la rabia e impotencia, te dije aquel insulto que acabó con cualquier esperanza de estar contigo, al igual que con nuestra "sólida" amistad. Intenté disculparme con todas mis fuerzas y quitándome el poco orgullo, no lo hiciste, no me perdonaste.

Siempre te observé, no debía acercarme a ti porque empezaba a juntarme con otros chicos de mi casa que me llevaron por un mal camino y odiaban a los hijos de muggles, en sexto año te volviste distinta y empezaste a juntarte con los revoltosos amigos de ese, James Potter. Dos años después de que la amistad acabó, te fijaste en aquel chico de cabello revuelto y azabache, ese chico que odiabas tanto como yo lo hago hasta el día de hoy, y todo porque él hizo lo que yo nunca pude, porque él era valiente, tenía todo lo que yo quería. Dejé pasar eso pensando que se terminaría pronto, pero llegó el fin de nuestros años en Hogwarts y tanto tú como Potter tuvieron los premios anuales, me sentí feliz por ti, aunque no te haya felicitado.

Más tarde, una invitación en tu nombre me había llegado, una invitación a la pequeña celebración de la boda que tú y James Potter tendrían, no asistí y hasta el día de hoy me arrepiento, porque si bien esa pudo ser mi oportunidad de tenerte cerca, la rechacé.

Poco tiempo después de que me volví un mortífago del Señor Tenebroso, escuché un fragmento de una profecía que a mi amo le interesaría bastante e hice lo que cualquier fiel sirviente haría, le conté todo lo que escuché. Cuando me enteré de que era a ti y a tu familia los que buscaban, no sabes el dolor que me dio con solo pensar en tu muerte, busqué ayuda en el viejo director de Hogwarts, Albus Dumbledore; me prometió protegerte a cambio de mi completa fidelidad a él, y así ha sido hasta el final de mis días. Claro que Dumbledore no pudo hacerlo y todo porque tú y tu esposo confiaron en la persona equivocada, fui hacia la casa de Godric's Hollow que compartías con Potter y tu hijo, me encontré con mi archienemigo al pie de las escaleras, con los ojos viendo sin mirar hacia el techo. Subí las escaleras con el llanto de un niño como fondo, esperaba con todas mis fuerzas que tú estuvieras ahí, intentando calmarlo, pero no; al igual que tu esposo yacías en el suelo de madera. Me tiré a tu lado he hice lo que siempre quise, te besé, besé tus fríos labios muertos y lloré como nunca he recordado hacerlo, hasta que el sonido de una motocicleta me sobresaltó y supe que era tiempo de irme.

Como profesor en Hogwarts conocí a tu hijo diez años después de que te alejaste físicamente de mi, sus ojos verdes eran exactamente como los tuyos y dolía el simple hecho de mirarlo. Fui completamente frío y severo con él, porque era también el constante recuerdo de un amor imposible, no correspondido; tan parecido a su padre que me hacía intentar sentir odio por él, pero aunque no lo quería admitir, tenía tu personalidad, no la de James Potter.

El tiempo pasaba y él me odiaba más y más, mientras que lo único que yo hice fue protegerlo, por ti. Hasta que llegó aquel día en el que Dumbledore me dijo lo que le esperaba a Harry Potter, él debía morir a manos del hombre que te había matado, a manos de mi supuesto amo y yo era el encargado de que ocurra.

Tu hijo es un horrocrux y solo se destruiría si Lord Voldemort lo mataba.

-He espiado por usted, he mentido por usted, he puesto mi vida en peligro por usted. Se suponía que todo eso lo hacía para proteger al hijo de Lily Potter. Y ahora me dice que lo ha criado como quien cris a un cerdo para llevarlo al matadero.

-Me emocionas, Severus.-repuso Dumbledore serio.-¿no será que has acabado sintiendo cariño por ese chico?

-¿Por él? -me escandalicé, saqué mi varita y exclamé.-¡Expecto patronum!

Del extremo de mi varita salió una cierva plateada, la misma que tú hacías con ese encantamiento, de un brinco saltó a la ventana, el hombre me miró con lágrimas en los ojos y murmuró:

-¿Después de tanto tiempo?

-Siempre.

Los demás recuerdos vagaron en mi mente, cada cosa que tu hijo iba a necesitar llevarse en estos momentos y él los tomó con aquel frasco que apareció Granger, solo tenía un ultimo deseo en estos momentos, en mi lecho de muerte: ver tus ojos de nuevo, irme con una vista de ti, Lily. Volví a voltear hacia él, soltando un poco mi agarre de su túnica.

-Mírame... -susurré con la voz temblorosa.

Sus ojos verdes buscaron los míos negros, y en un momento te vi a ti; un segundo más tarde lo hice, me fui contigo, siempre.

AlwaysOn viuen les histories. Descobreix ara