"No tener alas es la mejor excusa para no volar"
Ariadna, una chica común y corriente ¿O no?
La vida de Ariadna era igual que muchas otras chicas de su edad, tenía buenas notas, dos mejores amigas y estaba completamente enamorada de un chico con el...
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Una Ariadna exaltada y confundida despertó de su sueño después de que sonó su alarma. Estaba sudada y tenía las mejillas húmedas, quedando confundida en si fue por sudor o por algunas lágrimas.
Fue solo un sueño, o más bien una pesadilla.
Dijo en sus pensamientos para tratar de calmarse.
El sueño fue algo, muy diferente, ni siquiera estaba segura de que hubiese sido un sueño, se sintió tan real, todas las sensaciones, los ruidos, fue... simplemente mucho que abordar de golpe.
Recordó lo que dijo la luz, no recordaba todo con exactitud, pero le dijo algo de que se contactarían con ella y que recordara el dije.
Su dije.
Inmediatamente de forma inconsciente tomo el dije que tenía en su muñeca, el dije familiar. Su madre nunca le conto la historia completa de la joya y no parecía entusiasmada o tener intenciones por hacerlo.
Algo confundida y aturdida fue al baño a tomar una ducha; al salir empezó su tratamiento corporal y facial poniéndome muchas cremas y algunos espráis en todo su cuerpo. La piel de la chica es muy sensible que es capaz de que con el primer rayo de luz que la toque sin las cremas, queda un poco irritada esa zona, es un poco caótico todo.
Después de acabar mi tratamiento y vestirse bajo a desayunar juntos con su mamá, al bajar se preparó rápido dos tostadas con mermelada y se sentó, hundiéndose en un profundo e incómodo silencio con su mamá. La relación de la chica con ella no es mala, en lo absoluto, pero tampoco es la mejor, después del divorcio de sus papás, quedaron un poco distanciadas.
El dije
La chica considero que era tiempo de averiguar un poco acerca de todo esto.
— Mamá, ¿Te puedo preguntar algo? - Preguntó con cautela, a mi mamá nunca le ha gustado mucho hablar de mi familia.
— Claro, ¿Qué sucede? - Pregunta sin prestar mucha atención.
— Nunca me has contado la historia del dije de la pulsera – Al escuchar eso se tenso un poco- ¿Te molestaría contármela?
— No entiendo a que viene la pregunta - Contesto un poco a la defensiva. Realmente no tiene una historia de fondo importante, no tiene sentido que te la diga – Salio de la cocina.
Bueno, lo intente.
Al terminar mi desayuno dejo el plato en su lugar y subo a lavarme los dientes, en el camino me pego con un mueble en el dedo pequeño del pie.
— Maldita sea. - Digo mientras me agachó y comienzo a frotar mi pulgar con el dedo lastimado. ... ¿Qué esto?
Había una carta tirada a unos centímetros de mí, al recogerla veo que es de mi abuelo, padre de mi mamá, la carta tiene escrito mi nombre en el sobre, me parece extraño ya que nunca lo conocí porque murió un par de años antes de que yo naciera, dicen que tengo muchas similitudes en mi aspecto físico comparada con él. Decido no darle importancia a la carta y voy a mí habitación donde pongo la carta sobre mi buro.
