Capítulo 2 "Sueño ligero"

119 23 53
                                    


Suena la campana del recreo y vuelvo a la realidad, me doy cuenta de que no estuve prestando atención a nada de lo que dijo la profesora. Espero que por ser el primer día no haya sido nada muy importante.

La paranoia de pensar que todos me están mirando no ayuda a la concentración.

La idea de sentarme en el fondo para no llamar la atención no duró mucho, el profesor de Historia en el primer período nos asignó los asientos por orden alfabético y tiró mi plan de pasar desapercibida por la borda. 

Los dos primeros recreos los pasé en un baño, esperando que sonara el timbre para entrar de nuevo. No quiero hablar con nadie y menos escuchar las cosas que deben tener para decirme. 

Laura y Yani quisieron acercarse pero me escabullí en el baño.  No merecen que las ignore, siempre fueron muy buenas amigas y no creo que tuvieran malas intenciones pero el miedo me ganó y no les dí una oportunidad. 

Me levanto de mi asiento en la segunda fila, trato de caminar lento para no chocarme con nadie y sigo a mis compañeros que van saliendo de forma desordenada al corredor. 

—Campos, venga un segundo.

Quiero hacer como si no hubiera escuchado nada pero no puedo ignorarla, me giro y la profesora me hace una seña para que me siente en la silla delante de su escritorio.

Se por adelantado que no va a ser una charla agradable. La conozco desde hace años y nunca tuvo pelos en la lengua para decirnos algo. Le estoy por decir que no quiero hablar del tema pero me interrumpe.

—La directora tuvo una reunión con los docentes para contarnos que tu mamá había venido a aclarar las cosas y dar su versión, mejor dicho, tu versión de lo que pasó el mes pasado.

Su tono es de  resentimiento y sinceramente no esperaba menos, aunque pensé que me iba a salvar de tener este tipo de charlas con los profesores. Veo que no.

—No sé todo lo que pasó a ciencia cierta ese día, pero se que podrías haber hecho más por Camila.  Sinceramente esperaba más de vos... — el rechazo es audible.

Me sostiene la mirada en busca de una reacción o una respuesta.

No reacciono. Ya no puedo reaccionar. Ya lloré mares y me arrepentí de todo, pero no hay nada que pueda hacer ahora, que cambie el pasado. Solo disculparme con Cami me va a traer la paz que necesito.

Sus ojos me traspasan y lo único que puedo hacer es bajar la mirada y morderme la lengua.

Las manos me tiemblan. Odio la confrontación con todo mi ser y no me gusta decepcionar a alguien.

—Te conozco desde primero y siempre pensé que eras una persona increíble que iba a llegar lejos. Pensé que te habían criado con valores.. ¿imaginate lo que sentí cuando me contaron que la abandonaste?

Las acusaciones empiezan a producir una rabia que opaca la culpa que siento. Solo por ser mayor piensa que me conoce y puede juzgar lo que hice  pero ¿porqué no ocupa mi lugar por cinco minutos? 

 Lo que odio de todo esto es que no puedo decir nada, ni a ella ni a nadie. He tratado de todas las maneras posibles de contar lo que pasó esa noche, pero no puedo.  Ni siquiera mi madre lo sabe de mi boca, solo lo que le informaron cuando llegó al hospital y lo que averiguó mi papá sobre el parte oficial de la policía. Cada vez que lo recuerdo se me hace un nudo en la garganta y me cuesta respirar, ni hablar de poder contarlo. 

Hicieron una reconstrucción de los hechos y de ese informe cada uno sacó sus conclusiones. Me han interrogado pero el shock no me deja hablar, nuestro abogado les pidió un tiempo para recuperarme pero cada vez que intento recordar en esa sala de la comisaría solo entro en una crisis de nervios. 

Vínculo InconscienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora