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Chapter VI

Enzo se había cansado de corretear tras el gato y se había acercado al sofá. Escaló por la pierna que tenía Ian apoyada en el suelo y se sentó sobre el pecho de su tío.

—Hay otro sofá justo ahí, amigo—. Ian le señaló el sofá frente a él y cuando mi hijo se giró para mirar donde le indicaba, Ian lo atacó con cosquillas arrancándole una sonora carcajada.

—Como sigas babeando así, vas a tener que limpiar el suelo—. Me burlé de mi hermana. Ella me dio un leve empujón con su hombro, a modo de juego—. Gracias por quedároslo hoy.

—No hay problema. Sabes que estamos aquí para lo que necesites—. Repuso ella y yo sabía que lo decía en serio—¿Estás segura de que quieres ir sola?

Asentí. Había quedado con Christopher McLaggen, el padre de Enzo, el hombre que me había dejado tirada dos horas después de contarle que estaba embarazada.

Me despedí de Enzo y me aparecí en el restaurante donde habíamos quedado. Sabía que no debía pero encendí un cigarrillo mientras lo esperaba en la puerta.

Media hora después apareció él, con el mismo aspecto de hace cuatro años. El mismo pelo rubio engominado y la misma camisa azul. Me sonrió una vez que estuvo a mi altura. Yo bufé.

—Espero que esos no sean los modales que le estás enseñando a mi hijo—. Dijo de manera altiva. Alcé la ceja y me controlé lo más que pude para no reventarle la cara de un puñetazo.

—¿Ese hijo al que tú abandonaste hace cuatro años?

—Veo que sigues igual.

—Veo que tú también y no es un cumplido.

Apagué mi cigarrillo y entramos al restaurante. Solo llevaba un pensamiento en la cabeza y era hacer lo mejor para Enzo.

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Lily Potter

Nunca me había sentido tan rechazada. La otra noche le conté a Lorcan que ya estaba lista pero él me dijo que no era el momento. ¿Que chico de 17 años te dice que no es el momento? Yo os lo digo, uno que no se siente muy atraído por ti. 

Suspiré. Pese a todo, aquí estaba yo, como una tonta, esperándolo en la puerta trasera del colegio. Me apreté un poco más mi bufanda de Ravenclaw y miré mi reloj, si no llegaba en cinco minutos, me iba. 

—Lo siento—. Lo escuché gritar desde el final del castillo. Me llevé mi dedo a la boca para hacerlo callar, lo que menos necesitábamos es que algún prefecto nos encontrase fuera de nuestras camas a medianoche.

—¿Estás loco?— Me quejé cuando estuvo junto a mi—. Nos van a pillar si sigues así. 

Él le restó importancia con un deje de la mano y besó mi mejilla, intenté mantener mi cara de póquer pero no pude evitar una sonrisa. Agarró mi muñeca y empezó a arrastrarme fuera del castillo. 

Caminamos hacia el bosque prohibido, sé que debería estar asustada pero, James ya me había enseñado que en ese bosque, como mucho, podías encontrarte una ardilla. Aunque tío Ron decía que era el peor sitio de Hogwarts... Seguramente nunca hubiese estado en los baños. 

Llegamos al borde. Había una tienda de campaña levemente iluminada por dentro. Miré a Lorcan sin entender pero él ya estaba entrando, así que lo seguí. Al entrar, el calor me golpeó y sonreí. Había unos cuántos muebles de madera antigua pero lo que llamó mi atención fue la gran cama de matrimonio, recubierta con una manta de cuadros negros y rojos. Noté mis mejillas arder. 

—No quería hacerlo contigo esa noche porque quería que fuese algo especial—. Susurró Lorcan mientras deslizaba mi abrigo fuera de mis brazos—,  esto es lo que te mereces, Lily. No quería que tu primera vez fuese en la habitación y rápido porque tu hermano podía volver. 

Me había dejado sin palabras. 

>>¿Te gusta?

—Me encanta, Lorcan—. Susurré mientras me giraba. Pasé mis brazos por su cuello—. Es perfecto. 

Él sonrió antes de unir nuestros labios y empezar a guiarme hacia la cama. ¡Joder, esto iba a pasar de verdad!  

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