Los Weasley en instagram

Chapter VI

Albus Potter

Entré en la sala común de las serpientes, mi sala común. Vi a Scorpius sentado en uno de los sillones, él me vio a mí y levantó su varita. Susurró un hechizo y noté como un gancho invisible me agarraba de la túnica y me arrastraba.

Me arrastró hasta una pequeña sala contigua a la sala común principal, llena de cristaleras. Scorpius entró detrás de mí y cerró la puerta con un hechizo. Me crucé de brazos.

—¿Puedes abrir la puerta? Así podré seguir ignorándote en paz—. Dije. Él se pasó las manos frustrado por el pelo.

—Al, por favor, déjame que te explique—. Me exigió, alcé una ceja—. Anna no es mi novia, es solo una amiga.

—Mírame a los ojos y dime que no sientes nada por ella.

–Pero... ¿que? Bájale un poco a ese dramatismo Potter–. Resopló él mientras hacía un deje con la mano.

—Ponte un poco en mi lugar, Scorpius—. Le reclamé—. Soy tu novio hace al menos cuatro meses y aún ni se lo has contado a nadie

—¡Tú tampoco se lo has contado a James, por ejemplo!— Contraatacó. Vi como se arrepentía al momento de decirlo.

—Bueno, llevo sin contarle nada a James seis años, creo que eso puede ser una buena razón—. Le dije con frialdad—. Volviendo al tema, a mi me tienes escondido como a un secreto pero ella puede subir fotos contigo proclamando lo mucho que te quiere, ¿me lo puedes explicar?

—Te juro que ella para mi no es nada, Al. Solo una amiga—. Se defendió mientras caminaba hacia mi. Quería apartarme pero no podía, no era tan fuerte como para no desearlo cerca—. Sus padres son muy amigos de los míos, nos hemos criado juntos.

Agachó un poco su cabeza y deslizó sus dedos por mi mejilla.

>> A mi solo me gustas tú—. Susurró. Solo nos separaban unos pocos centímetros. Gemí en bajito.

—Vale...— Susurré antes de morderme el labio inferior. Él sonrió—Pero quiero que hagas algo por mi.

—Lo que me pidas.

—Quiero que me lleves a una cita.

—¿Una cita?— Yo asentí—. Está bien, Al, lo que tú quieras.

Sonreí y lo atraje para darle un beso. Ojalá algún día fuese lo suficientemente valiente para salir del armario con su familia.

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Molly Weasley

Llegué a la pequeña casa que mi hermana e Ian compartían en los terrenos de Hogwarts. Con una mano agarraba la de mi pequeño Enzo y con la otra, su mochila.

Mi hermana me abrió con una sonrisa resplandeciente antes de invitarme a pasar. Elevé la ceja al ver el horrible gato que tenía a sus pies.

—¿Ahora tenéis un gato?— Pregunté mientras el gato me bufaba. Ian bufó de vuelta tendido en el sofá pero Lucille lo calló con una mirada.

—¡Gatito!— Exclamó Enzo mientras intentaba liberarse de mi mano.

—Lo encontré yendo al despacho de Ian y no pude evitarlo—. Explicó Lucille. Solté la mano de Enzo que empezó a corretear detrás del gato.

—¿Y a que ibas tú al despacho de Ian?— Lucille se puso más roja que un Weasley e Ian soltó una carcajada.

—Mejor que te lo cuente luego—. Replicó Ian entre risas.