Los Weasley en instagram

Chapter IV

Edward Lupin

Entré en la oficina de Ian con una gran sonrisa. Él me miró con una ceja alzada mientras guardaba unos papeles en su cajón.

—¿Por qué estás tan feliz?— Inquirió mientras se ponía de pie. Agarró su chaqueta—. No me lo digas, es por Vicky, ¿no?

—Es solo que me encanta tenerla cerca.

—Bueno, Ted, tienes veinticinco años, díselo a ella no a mi.

—Sabes que no puedo. Aun no soy masoquista y no quiero ponerla en ese compromiso. Somos prácticamente hermanos—. Dije mientras me reclinaba hacía atrás en la silla con mis brazos detrás de la nuca.

—Uf claro, esos comentarios son los típicos que le haces a un hermano—. Ironizó Ian—. Anda, vamos a tomarnos una cerveza.

Asentí y nos pusimos en marcha. Decidimos tomar el camino largo a Hogsmeade e ir andando. Así que, media hora después ya estábamos en las tres escobas con una cerveza cada uno. Hice una mueca al ver el brillo de su alianza de bodas.

—Siempre pensé que yo sería el primero en casarme—. Admití. Él miró su anillo con una sonrisa tonta.

—Bueno, si no fueses tan crío...— Me miró con una sonrisa juguetona—. Además, siempre he sido más guapo que tú. 

La puerta de las tres escobas se abrió pero no le hice mucho caso, hasta que vi como Lucille Weasley se acercaba a nosotros. Me sonrió y apretó en un cariñoso abrazo.

—Que alegría verte, Teddy—. Me dijo una vez que nos separamos. Ian tosió a su espalda y ella se giró mientras ponía los ojos en blanco—. ¿Tú no tienes una esposa a la que molestar o algo así?

Ian hizo un puchero y Lucille se tiró a sus brazos antes de besarlo. Vi el anillo de compromiso y la alianza de boda brillar en la mano de Lucille cuando apoyó la mano izquierda en la mejilla de Ian.

—¿Tú no vas a quitarte ese anillo nunca? Ya no estás comprometida—. La piqué. Ella me miró indignada y levantó su mano para que viese bien el anillo.

—¿Tú te quitarías algo así de bonito?

Los dos soltamos una carcajada. Ian se levantó para cederle su banquito a Lucille tras que el camarero le sirviese otra cerveza. Apoyó una mano en el respaldo.

Lucille empezó a contarnos sobre su día en la tienda. Ian la miraba más que embelesado. Yo también quería algo así. Creo que Ian tenía razón, tenía que dejar de ser un crío y decirle a Victoire como me siento.

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Lily Potter

Lorcan sonrió y apoyó un brazo sobre mi cabeza. Agarré su corbata y jugueteé con ella entre mis dedos. Él sonrió encantado.

—¿Puedo convencerte para que te quedes a dormir hoy conmigo?— Cuestionó.

—¿En tu habitación? ¿con mi hermano rondando por ahí? Creo que tengo que pasar.

—Vamos, Potter—. Susurró antes de darme un beso lento y suave.

—Haces conmigo lo que quieres—. Susurré—. Está bien, dormiré contigo pero, ocúpate de mi hermano.