Pov Macarena
Salí de la habitación, siguiéndole los pasos a Bárbara. La verdad es que no sé a qué vine, o tal vez si. Me moría de ganas por verla, aunque sea la asesina de mi madre, aún así no puedo dejar de sentir todo esto que estoy sintiendo. Y me jode, me jode porque a lo que soy más débil es al amor, es chistoso. Yo qué he sido entrenada para matar, yo que he sido torturada hasta morir. Abusada sexualmente por la que se supone que era mi madre, pero que ahora es mi abuela. Y sin embargo, aquí estoy. Hasta el culo por una mujer que debo matar, porque lo haré y de eso estoy segurísima. Por más que me guste, me arrebató algo demasiado valioso. Y eso no se lo perdono a nadie.
_ te prometo que a la próxima si te dejo tocar todo lo que quieras_ me dijo Bárbara deteniéndose en medio del pasillo, la miré con el aire atascado
¿Cómo seré fuerte si me mira de esa manera?
¿Cómo seré fuerte para
matarla? Si sus ojos café ahora brillan más de lo que deberían, si ya no pienso en tener solo sexo con ella. ¿Qué se supone qué haga con todo esto qué estoy sintiendo?
Me eché hacia atrás unos cuantos metros, recostando mi cabeza en la puerta de su habitación, escuchando las risas de su hermana y de la otra chica en la sala de estar, tratando de centrarme en eso para calmar las pulsaciones de mi corazón_ aléjate un poco, que me falta el aire cuando estás cerca. Me consumes_ Le susurré respirando hondo, debo calmarme.
Ella no me hizo caso, al contrario de eso. Pegó su frente a la mía, maldita sea_ ¿Me das un beso?_ todas mis barreras se fueron a la mierda, besé sus labios tan despacio, como si se fuera a romper.
_ ¿Qué me estás haciendo?_ le pregunté separándome de ella, hizo silencio. Acaricié su rostro hermoso esperando una respuesta que no llegó. _ el amor y la muerte no pueden ir de la mano_ susurré a punto de llorar, saqué la pistola que tenía detrás de mi espalda, la coloqué en su abdomen. Siempre la traigo cargada, le quité el seguro. Ella miró hacia abajo sonriendo de lado.
_ en eso estamos de acuerdo novata_ en menos de un parpadeo, también me estaba apuntando con su arma. Pero no al abdomen, me estaba apuntando a la cabeza_ venga ya, no me vas a matar aquí, sabiendo que mi hermana está cerca. Cuando vengas a querer disparar, ya te habré volado la cabeza en dos, así que piensa eso bien_
_ te mato a ti, a ella y a pendeja que está ahí. Vamos, que soy una puta asesina_ dije entre dientes.
Ella negó varias veces, como si no se lo pudiera creer _ me niego a creer que seas una asesina, has tenido la oportunidad de matarme muchas veces y no lo has hecho. Así que no me vengas con mamadas_
_¡Porqué me estoy enamorando de ti, y no debería!_ dije entre sollozos bajando la pistola, volviendo a colocarla detrás de mi pantalón_ ya hazlo, no quiero vivir y no verte todos los días, prefiero morir. Porque una de las dos va a tirar del gatillo tarde o temprano, así que hazlo tú_
Puedo ver cómo sus lágrimas bajan por sus mejillas, el brillo se fue de sus hermosos ojos café, ví como bajó la pistola_ ¿No ves qué tampoco he tenido el valor para matarte? No puedo hacerlo, no puedo hacerlo y ni siquiera me has dicho porque diablos me quieres matar_
Tomé su rostro entre mis manos, besando sus labios salados_ ¿Y si nos olvidamos de todo esto y nos damos una oportunidad?_ le pregunté, no se que mierda estoy diciendo. Si, las personas cometemos locuras cuando estamos enamoradas. Pero si esta será una locura de amor, quiero que sea la más hermosa.
_¿Prometes no tirar el gatillo?_ me cuestionó de vuelta, reí contra sus labios sin poder evitarlo, pero asentí sin pensarlo. Ella se giró para volver a la sala de estar, le seguí el paso encontrándome con una escena un tanto extraña… la hermana de Bárbara estaba casi cogiendo con esa chica… no pude evitar reír, porque se supone que Isabela es hetero, que tiene un hijo y que está casada, lo que hace el alcohol… vuelve jota hasta a la más fuerte.
