𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝓸 12: día de los corazones rotos.

Start from the beginning
                                    

Luego, vería el recorrido entero, el agua cálida del río, por el sol que pega justo en su superficie, y los comentarios de Ophelia (así decidió que se llamaría), tan recurrentes. Cerró los ojos e imaginó cómo sería su vida entonces, salpicando gotas de la corriente para molestar  a Ophelia, y sugerirle que fueran a almorzar espaguetis después. Lo cual harían, y al final, volverían a casa.
Era extraño, él lo era. Porque divagaba pensando este tipo de cosas cuando debería pensar en cómo hacer dinero, en tabaco o en señoritas a las cuales cortejar. Nunca fue así para Cole, nunca pensó en eso y nunca lo haría, porque simplemente no le nacía, él solo quería cerrar los ojos e imaginar una vida dentro de los retratos.

—¿Esta te gusta?—una voz grave lo saca de sus pensamientos repentinamente, provocando una notoria aceleración en sus latidos; de pronto, todo su calor corporal descendió, su mente quedó en blanco, y se vio forzado a mantener un semblante relajado e indiferente. Sin embargo, tuvo que rendirse ante su inmenso deseo de sonreír, de la manera más sincera e inocente que tenía. Cómo reprimirse de sonreír cuando veía ese rostro, ese cabello, esos ojos grandes y verdes; se sentía feliz cuando lo veía, por qué se tenía que sentir tan feliz con solo verlo.

—Sí, es linda—responde el chico tratando de calmarse, algo que resulta totalmente inútil al percibir cómo camina hacia él, y se coloca, justo al frente. 

—Me alegra que me hayas avisado, no quisiera haber perdido alguna oportunidad de verte—dice, trazando su mirada de arriba hacia abajo, causando escalofríos en el muchacho. Amaba tenerlo tan cerca, pero odiaba esa actitud; decía algo como eso pero no se había molestado en responderle la carta, como si Cole no fuera importante.

—¿Cómo te va en la universidad?—pregunta casualmente, desviando sus ojos, haciendo esfuerzos sobrenaturales por no mirar la belleza de ese hombre.

—Interesante—responde aclarando su voz.—La mayoría de mis compañeros son mayores, eso me agrada; tienen buenos temas de conversación y parecen cultos. — el rubio se quedó en silencio, sintiendo un poco de celos, no por su felicidad, sino por no formar parte de esta.

—Yo también avanzo en mis estudios, por si querías saberlo... este año obtengo el bachillerato y podré dedicarme al arte el que viene.—dice, al haber percibido un silencio prologando de su parte.

—Conocí a esta chica...—comienza, mirando sus manos.—Es linda, realmente lo es. Y sus padres son socios de los míos, aunque me gusta pensar que no es importante, porque ella es muy agradable y graciosa; sé que le gusto...—

—¿Cómo lo sabes?—pregunta Cole, interrumpiéndolo.

—Porque le he gustado a muchas toda mi adolescencia; es fácil darse cuenta—responde con suficiencia.—El punto es que ella parece muy interesada en mí; parece que haríamos una perfecta pareja y...— dejó sin  terminar su pensamiento, mirando los ojos claros del muchacho fijamente.

—Y...?— pregunta Cole, acercándose a su rostro, poniendo su nariz muy cerca de la otra.

—Y aún así, no me hace sentir la mitad de las cosas que sentía contigo— el corazón del rubio se aceleró hasta hacer un ligero roce con su pecho, causando escalofríos por toda su espalda, estaba estático; rozando su nariz por la mejilla tersa del castaño. Preguntándose si debería acercarse mucho más, si eso sería incorrecto o no correspondido; y cuál de las dos le causa más temor. 

—¿Lo sabías cuando me conociste?—suelta con la voz ronca.

—¿Qué cosa?—

—Que me gustabas, dijiste que sabes ese tipo de cosas. ¿Te dijiste cuenta de lo loco que me estaba volviendo por ti?—inquiere mirándolo.

~Las Flores Del Invierno~  ShirbertWhere stories live. Discover now