¿Nos conocemos? Serie #1 "Cabronas ¿Y Qué? ✔️

❤️ Capítulo 1 ❤️

20 de enero del 2017

Odiaba las discotecas, el olor a cigarrillo mezclado con el sudor de las personas me provocaban arqueadas, desearía estar en casa con un buen libro y una taza de café humeante en mis manos, pero mis amigos habían decidido traerme a celebrar. Cómo siempre estar con ellos era lo mejor del mundo, me hacían olvidarme de todo. Éramos inseparables, todavía recordaba aquel pacto de sangre cuando apenas teníamos ocho años y acordabamos estar unidos para siempre.

—Anelí ¿ya estás pensando en las musarañas? —gritó Miguel para que se pudiera oír porque la música estaba muy alta —. Espabila que hoy vinimos a celebrar que te graduaste y que ya eres toda una profesional.

—No, sólo estaba pensando en lo rápido que pasa el tiempo, estaba recordando cuando hicimos nuestro famoso pacto y míranos ahora, tú un reconocido ginecólogo y Julia una de las mejores profesoras de literatura.

—Sí, pero no podemos dejarte a ti en el olvido, que a pesar de todas las cosas que tuviste que vivir, aquí estás, celebrando que te acabas de graduar con título de oro en Administración de Empresas— exclamó Miguel mirándome con orgullo.

—Es verdad, pero nada de esto hubiera pasado si no los hubiera tenido a ustedes en mi vida— noté como mis ojos se humedecían.

—Bueno, dejemos el pasado atrás, al menos esta noche, y concentrémonos en disfrutar al máximo. Mira por ahí viene Julia y por la cara que tiene no creo que venga con buenas noticias— me giré en la dirección que me había dicho Miguel y efectivamente pude comprobar que Julia no las traía de buenas.

—Lo que traigo es un bombazo y del grande ¿A qué no adivinan lo que me ha dicho el cabeza hueca de Rafael? —Rafael era el tonto del ex de Julia, de quién gracias a Dios se había separado y había abierto los ojos.

—Ilumínanos— apresuró a decir Miguel.

—Pues el muy tonto, me dijo que la culpa de su infidelidad había sido mía, porque yo no había querido hacerlo en el coche. Es que cuando yo lo digo si es para matarlo por imbécil y cabeza de chorlito ¡¡Ay!! ¿Por qué no me di cuenta antes?

— Julia cielo, nosotros te lo advertimos, pero ya sabes como dice el dicho, no hay peor ciego que el que no quiera ver —dije tratando de animarla—, aparte como dice este de aquí- señalé a Miguel que parecía un ventilador mirando para todos lados—, vinimos a celebrar no a pensar en ex novios tontos y problemas. Así que ya saben chicos que a partir de ahora nos cambiamos el nombre— cada vez que salíamos los tres a discotecas nos hacíamos llamar por otro nombre, al principio fue un juego tonto, pero después se hizo una tradición, yo había elegido el nombre de Rebeca, Julia de Eliza y Miguel de Ángel.

—¡Ay Dios que de esta me muero! -chilló Miguel echándose aire como si estuviera ardiendo—. Chicas, disimuladamente voltéense a ver el macho alfa que acaba de entrar por esa puerta, por dios si yo creo que con el cuerpo que tiene puedo rayar queso con sus abdominales, voy a empezar a rezar diez padres nuestro y diez Ave María para que sea gay —puso sus manos como si estuviera rezando, lentamente nos giramos y nos quedamos petrificadas con semejante escultura.

—Adrián— fue la única palabra que pude decir, pues ahí estaba el chico de mis sueños, mi amor secreto, ni siquiera mis mejores amigos sabían, el chico popular de mi ciudad.

Habían pasado dos años desde que lo vi por última vez. Según supe fue a ser su residencia de pediatría a otra ciudad. Me dediqué a vacilarlo sin ningún reparo, es que verdaderamente estaba para chuparse los dedos. Desprendía una fuerza que decía ¨ Soy el mejor¨. Debía de medir un metro ochenta, tenía una tez morena y unos ojos azules, tan profundos que juraba que me podía perder en ellos. Un cuerpo tan formado con una espalda ancha, perfecta para arañar. Estaba vestido con una camisa blanca subida hasta los codos, unos vaqueros que le moldeaban los muslos a la perfección, provocándome unos deseos de apretar con mis manos y depositar besos hasta ver que escondía.