Silencio.

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-Buenas noches,ceremoniosa muerte que vienes aun por mí.

-Buenas noches,blanca ausencia de vida,incestuoso fratricida,flor de pestilencia,albura que disfraza la mentira.

Suspiro.Este recuerdo,si pudiera vivir un minuto más del instante ya pactado,sería imborrable.

Fumamos en silencio,mirándonos a los ojos;iris azul en iris rojo vivo.

-Los sirvientes se han marchado.

Asiente.

Corto la herida aún fresca y vierto el remanente en la única copa.

-Bienvenido,Kaziklu Bey.

Le ofrezco de la única bebida posible,pues en la casa ya no hay nada, salvo ruinas y vacío.

Se ríe.

-Hace centurias que nadie me nombraba con ese remoquete.

Él no ignora que me ha empalado el alma.No necesita ,como en el crimen de soberbia,del cuerpo para hacer que el pecado sea pecado,y el perdón una ilusoria fantasía del último trozo de mi cerebro que aún se resiste a morir de muerte eterna.

El reloj se ha clavado en las doce y veinticinco minutos.

Ya no hay más tiempo.

Se acerca ,sonriente,oliendo a alcohol y albañal,y ve cómo lo espero.De pie.

Sé que no somos iguales,pero,por un instante,lo pienso y lo deseo.

-No verás el otoño,mal nacido-dice,quedamente.,inhalando el humo de su cigarro,y bebiendo un sorbo de la copa.

-Rómpala,Kaziklu Bey.

"Rómpala" es "Rómpame,destróceme,quíteme la sombra de una culpa que no tengo,demuéstreme que el dolor humano se me ha escurrido un poco,nada más......y no del todo".

-Todo debe ser reducido a polvo de ceniza-dice,morosamente,saboreando los últimos sorbos con un deleite inenarrable.

-Sea,Kaziklu Bey.

Soy el único en el universo que recuerda ese nombre.Mi madre (una infame ramera turca) me lo repetía por las noches.

Hay doble odio en su mirada:odio por lo que soy,por todo aquello en que me he convertido(incesto y fratricidio de por medio,claro está),y odio por el origen remoto de mi línea materna.

-Te pareces mucho a cierto ancestro tuyo,escoria ,flor de basural.Así de bello.Así de inmundo.

-El hombre del bar en La Habana me envió el veneno,pero no ha surtido efecto,lo siento-digo,esbozando una sonrisa,disfrutando cada insulto como si fuese el beso definitivo-

-Ello es porque todo ha de ser consumado en esta noche-explica.

Y dispara.Me defiendo.Caigo.Ruedo.No hacia atrás,sino hacia delante:hasta quedar justo a sus pies.

A su merced.

-Szémetet!(Basura!)

No respondo.Acepto.Otorgo.

-No te escondías de mí,szémetet....Todo lo contrario:me buscabas.Vine hasta aquí por ti,y eso te fascina,cierto?-golpe-Cierto,szémetet?

No puedo responder.Su bota en mi nuca me impide moverme,hablar....Pero no me dispensa del deseo ni del pensamiento profundo de ser digno de este honor.

Honor,por otra parte,totalmente inmerecido.

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Lo había visto por primera vez en aquel bar nocturno en La Habana,entre el olor del ron,las canciones cursis y el humo de las pipas y los cigarros de hoja.

Hombres buscando hombres.Y yo tratando de encontrar el mío.

Bastó la carta de Mengele para que se acercase a mí..mejor dicho,para que yo fuera a él,como un perrito faldero.

Tenía que romper mi propio sello.

Y ....por Zeus!!!Lo hice!!!

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Del camastro aquel a este suelo de mármol que remeda vagamente el tablero de un ajedrez definitivo ya no hay mucha diferencia.

El disparo en los riñones es un alivio.Ya no siento las piernas,pero el ansia se repite con cada borbollón espeso que tiñe los campos blancos del piso ,y aún tengo tiempo para improvisar algunos versos sobre el rojo carmesí en el blanco puro,sobre la aleatoriedad de la vida,de la eternidad y de la muerte,sobre el amor que nunca he conocido,sobre las mentiras del deber y del honor y de la devoción aprendida a la luz de una vela amarilla.

En el escueto final,sólo hay vacío.

La risa lejana .Las palabras mordidas contra el eterno cigarro:

-Y mañana serás el Tympanáios...Te hincharás como un odre,y darás vida efímera a tus propios gusanos.

-Sí.....

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Tic,tac...tic,tac....El reloj.

El reloj y la lluvia.

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Los pasos del último visitante se alejaron sin dejar huella alguna.

El aire ,pesado,traía los ecos de una melodía conocida por todos los mendigos de Valaquia.Antiquísima y triste.

Pero yo nunca ...(.lo juro...lo juro como que me he llamado Lukács Gyüla,conde de la heredad de Talomnitza!!!.)....nunca más pude volver a escucharla.

nunca más pude volver a escucharla

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ET DIMITTE NOBIS DEBITA NOSTRAWhere stories live. Discover now