¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
•🍡•
Te sentías realmente emocionada cada vez que ibas a la casa de aquél rubio ceniza, pues allí pasaban cosas muy interesantes y divertidas; Además de que adorabas a la madre de Katsuki y ella te adoraba a ti. Por otra parte no sabías si el chico quería que siguieras yendo a su casa más seguido o que no volvieras a poner un pie en la propiedad, pero eso a ti te daba igual... Días antes el muchacho te había invitado con la intención de hacer el trabajo que Aizawa les había dejado o más bien terminarlo, pues ya tenían gran parte de este hecho. Por la ansiedad y emoción que sentías no pudiste evitar llegar una media hora antes de la acordada, llevabas una falda blanca con un top negro y unas botas cortas del mismo color, también llevabas tu mochila con los materiales de la escuela, unas papas y unas películas de terror por si quedaba tiempo.
Una vez frente a la puerta del lugar formaste un pequeño puño con tu mano izquierda y golpeaste con delicadeza un par de veces. Escuchaste la voz de una mujer gritando, que claramente era de la progenitora de tu mejor amigo y pocos segundos después la puerta se abrió, haciendo que la mujer casi choque contigo.
- ¡Oh! ___, estás aquí... Creí que llegarías en media hora.- Habló la mujer con la sonrisa que se formó en su rostro al momento en que te vió.
- Si... Es que no tenía nada que hacer en mí casa y decidí salir un poco antes para ganar tiempo.- Soltaste una pequeña risa nerviosa mientras ponías tu mano en tu nuca.
- No te preocupes, puedes pasar e ir al cuarto de Katsuki a esperarlo él se está bañando ahora.
- Está bien, muchas gracias.- Dijiste con una sonrisa.- ¿Y usted va a algún lado?- Preguntaste al notar que se veía muy bien y llevaba su bolso.
- Si, mí marido me está esperando en un restaurante, dijo que sería bueno pasar tiempo juntos y para no contratar niñera aprovechamos que tú vendrías.- Respondió para luego reír levemente.
- Oh, espero que le vaya bien y no sé preocupe por el pequeño Katsuki, yo cuidaré de él.- Reiste.
- Muchas gracias ___, nos vemos después.- Dijo por último la mujer y empezó a caminar hacia su destino.
Una vez que se fué entraste en la recidencia cerrando la puerta detrás de ti y como si de tu casa se tratarse te dirigiste a la habitación del rubio con total confianza. Ya en el lugar te tiraste sobre la cama y como sabías que el chico solía tardar mucho al bañarse decidiste escuchar música.
Por otro lado, Katsuki estaba bañándose tranquilamente pensando que se encontraba totalmente solo, cosa que no era así; minutos más tarde al ya haber terminado estiró el brazo para poder alcanzar la toalla. Sin embargo, este solo pudo sentir los fríos azulejos celestes que estaban puestos por toda la pared, el oji-rubí corrió la cortina que lo cubría y con la mirada recorrió todo el lugar si poder divisar el objeto que buscaba mientras maldecía para sus adentros. Obviamente había olvidado la toalla sobre la cama, junto con la ropa que planeaba usar; sin dar muchas vueltas el chico salió de la ducha y caminó hacia la habitación completamente desnudo como solía hacer cada vez que esto le pasaba y se encontraba solo. En ese momento decidiste parar la música para luego pararte e ir en busca de tu amigo, pues sentías que se estaba tardando una eternidad (aún que no era así), sin embargo, cuando solo te habías sentado sobre la cama la puerta se abrió de golpe dejando ver a un molesto Katsuki completamente empapado.
