venezuelan ateez | o.s

la mata e mango #

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— ¡muchachos vengan a comer! ya las arepas 'tan listas
—gritó seonghwa desde la cocina, esito mi carajito, desde tan temprano pegando gritos para que las otras joyitas paren bolas.

y como hongjoong estaba durmiendo en su cuarto con airecito sabroso, ese ni se inmutaba.

el mayor se extrañó, pues, normalmente —cuando de comida se trataba— los llamaba una vez y venían nojoooda, corriendo y yéndose de jeta. así que se asomó por el umbral de la cocina a ver encontraba algún rastro de los chicos, pero sólo logró ver a un jongho en pijama, echado en el mueble viendo una vaina en su celular.

— ¿y los demás coñoemadritos?
—preguntó al menor, con los brazos cruzados.

— no sé, wooyoung pasó corriendo hace un ratico y dijo que nosequevaina san en la platabanda, que el mango, yeosang y la escoba, mingi montao' en el palo, ni idea marico.
—alzó los hombros, desentendiéndose de la situación y continuando en lo suyo.

a seonghwa le iban dando como mil yeyos al mismo tiempo, prácticamente podía imaginar la tremenda raja que se harían los dos coñitos en el coco si se caían, ya escuchaba el peo que formaría hongjoong y los gritos que habría.

un desastre.

para colmo, en ese momento, varios gritos incoherentes se hicieron presentes a las afueras de la casa, lo que lo alarmó y por ello salió al patio a ver qué coño de la madre andaban inventado los chamitos esta vez.

— SAN, CARAJITO AWEBONIAAAO, ¿NUNCA HABÍAS BAJADO UN MANGO DE UNA MATA O CÓMO? NAGUEBONA'.
— se quejó wooyoung desde abajo de la mata con yunho y yeosang a sus costados, viendo hacia las alturas de ésta. donde claramente se podría ver a san montado en una de las ramas pegadas al techo de la casa y del otro lado a mingi sentado en otra rama.

...

a seonghwa le iba dando un soponcio oyó.

— ¿alguno de ustedes tres me puede explicar qUÉ COÑO DE LA MARDITA MADRE ESTÁ PASANDO Y POR QUÉ ESOS DOS WEBONES SE LA ESTÁN TIRANDO DE TARZÁN EN LA MATA ESA?
— gritó el pelinegro, súper alterado, por lo que los tres presentes se sobresaltaron un poco, pues, no se habían percatado de su llegada.

seonghwa parecía la propia vieja angustiada, naguebonini.

— pues.. wooyoung le pidió a san que le bajara un manguito, y cómo san es un gobernado jalabolas le dijo que sí y ni cuenta nos dimos cuando se subió a esa verga —explicó yunho con suma calma y serenidad, sin despegar su vista de los dos chamitos en el árbol.
— es que como es chiquitico, ni se vió cuando llego a la rama.

— lo peor es que wooyoung ni mango come, es muy sifrino y fresa para la gracia.
—agregó yeosang, para instantes después recibir un lepe por parte del nombrado.

— ajá, ¿y mingi?

—ah, yo le dije "a que no te atreves a subirte a la mata de mango y quedarte en una de las ramas por diez minutos" y sabes cómo se pone el carajito cuando lo retan, se le mete el míster músculo, le pica el ano, parásitos, hormigas se le meten por ese culo, no sé y bueno, ahí ta'. no sabe como bajarse.
— contó el rubio, con una sonrisita coñoemadre. estaba disfrutando la vaina.

seonghwa los miró con desaprobación, suspiró con cansansio, y masajeó sus sienes. ahora el peo era, cómo bajar a los dos mentepollos de ahí.

señor jesús.

se acercó más a la mata, llegando al inicio del tronco, y logró ver a los dos chamitos echando cuento, relajaos cabeza e perro.