La hija de Lucy

Representantes

Los meses pasaron y el estrenamiento de los miembros de Fairy Tail avanzaba de manera sorprendente, para la sorpresa de todos Jellar fue incluido sólo dos semanas después que las hadas. Por otra parte, debido al intento de envenenamiento por parte de Hécate ésta tenía prohibido acercarse a los miembros hasta que los entrenamientos fueran finalizados, cosa que alivió a todos incluyendo a algunos dioses.

Y con respecto a la familia Dragneel, Natsu y Ben aún viven en la vieja casa de Natsu, por supuesto nadie del gremio estaba enterado de la pelea familiar y eso fue gracias a Lissana, ésta les había advertido a sus hijos, en especial a Ben, de no decir nada.

Flash back

A la mañana siguiente del primer día de entrenamiento con los dioses, Lissana se había levantado antes que sus hijos para preparar el desayuno.

- Niños! Ya es hora, el desayuno está casi listo!  - decía Lissana mientras tocaba la puerta de las habitaciones de Ren y Nanzi - Prepárense antes de comer

Nanzi ya estaba lista, cuando salió de su habitación se dirigió a la de su hermano - Ren - dijo viendo como su hermano mayor aún seguía dormido -  Ren despierta mamá se va molestar - decía mientras lo sacudía - Ren!!

- Sólo 5 minutos más - dijo mientras se acomodada y se cubría por completo con las sábanas

- Vamos mamá no está d... - un estruendo en la puerta la interrumpió

- Los llamé a comer hace 5 minutos, el desayuno se enfría - regañó Lissana - Ren Dragneel! Sal de la cama en este instante!

- Ya estoy despierto! - exclamó Ren quién al tratar de levantarse de la cama se enredó en las sábanas y cayó de bruces al suelo

- Jajaja  - rió Nanzi - hermano que torpe eres

- Ren tienes 5 minutos para prepararte, de lo contrario te irás sin desayunar - sentenció Lissana para luego salir de la habitación seguida de Nanzi

Ren se vistió como un rayo, salió de la habitación y se sentó a la mesa.

- Que silencio hay sin papá y Ben - murmuró Nanzi mientras le daba un sorbo a su jugo de frutas.

- Tienes razón - contestó Ren.

- Silencio! - regañó Lissana golpeando la mesa con su mano sana - de ahora en adelante en ésta casa no se hablará de esos dos hasta que pidan disculpas y por otra parte, éste es un tema familiar así que no quiero que  el gremio se entere de ésto, quedó claro? - demandó mientras le daba una mirada autoritaria a sus hijos

- Si mamá - respondieron Nanzi y Ren al mismo tiempo

- Bien, ahora terminen rápido, necesito alcanzar a esos dos antes de que lleguen al gremio - ordenó Lissana ansiosa.

Luego de terminar Lissana salió de la casa arrastrando a sus hijos, estaba nerviosa y molesta al mismo tiempo, su matrimonio se estaba arruinando, jamás había tenido una pelea con Natsu desde que se casaron y Ben cada día estaba más insolente con ella.  Cuando faltaba unos cuantos metros para llegar al gremio divisó a su esposo e hijo a lo lejos, soltó a Nanzi y Ben y corrió hacia ellos furiosa.

- Ustedes dos! - exclamó Lissana agarrando a Natsu y Ben del brazo con brusquedad arrastrándolos al callejón más sercano - les voy a advertir una sola cosa, el gremio no se debe de enterar de lo que está pasando en nuestra familia, me oyeron? - amenazó apuntándolos con el dedo índice - no quiero que nuestra familia esté en boca de todos, eso sería la vergüenza más grande de mi vida, así que no se atrevan a abrir la boca, en especial tu Ben - insistió - ya estoy bastante decepcionada de ti