Secreto - BeomGyu

• 11 - Sobre rosa pastel •

Logro escuchar el piano antes de abrir la puerta.

Sonrío al pensar que posiblemente se tratara de Scarlett.

Abrí la puerta y en mi panorama estaba ella, pero también HueningKai, lo cual no me agradó mucho que los dos estuvieran sentados juntos al lado del otro, tocando el piano.

- BeomGyu. - Scarlett notó que estaba ahí y HueningKai se giró sonriente.

- BeomGyu, ¿no es impresionante? - Se gira con Scarlett. - No tiene mucho tiempo practicando y es realmente buena en el piano.

Sonrío ladino y me dirijo al escritorio para comenzar con mi tarea.

- Tan tierno. - La chica le pellizca uno de los cachetes al menor, provocando que el mismo se sonrojara de las orejas. - Eres como el hermano pequeño que siempre quise.

Reí cuando Scarlett había dicho aquello. Supuse que el menor ya se estaba haciendo la idea de salir con ella, pero no logró nada más que ella pensara en él cómo su hermano menor.

HueningKai solo se aclara la garganta y trata de cambiar de tema.

- Bueno, supongo que ya no necesitas mi ayuda. - Dice rascando su nuca. - Ya te lo aprendiste al derecho y al revés.

- Gracias, HueningKai. - La chica le sonríe y éste toma su mochila para irse.

- Adiós, chicos.

- Adiós. - Decimos Scarlett y yo al mismo tiempo.

Después de un par de minutos que Scarlett seguía practicando un poco y yo estaba realizando mi tarea, ella se aclara la garganta y llama mi atención.

- Oye, BeomGyu.

- ¿Sí? - Levanto mi rostro para verla.

- ¿Podrías ayudarme con una tarea antes de irnos? - Pregunta tímida. - Lo realicé, pero quisiera que lo revisaras para ver si está correcto.

- Claro. - Acepté. - Yo te ayudo antes de irnos.

La chica sonríe en forma de agradecimiento y se levanta, tomando de la correa de su mochila.

- Nos vemos.

- Claro.

¿Fue mi imaginación o estaba más seria de lo normal?

. . .

Me acerqué al lugar de Scarlett cuando todos ya se habían ido y ella se levanta sonriendo tímidamente.

- ¿En qué quieres que te ayude? - Dije recargándome en la banca frente a la suya.

- En realidad, no necesito ayuda. - Ella empieza a jugar con sus manos, tal vez ¿nerviosa?

- ¿Oh?

Sin comprender por qué había mentido anteriormente, fruncí el cejo pidiendo una explicación.

- En realidad... Quería darte algo.

Scarlett coloca su mochila encima de la banca y de ahí, saca un sobre rosa pastel con cuidado, como si temiera romperlo fácilmente.

Me la extendió con las dos manos.

- ¿Qué es?

- Una carta. - Dice obvia y riendo un poco bajo. - Es para ti.

- ¿Por qué? - Digo tomando la carta y mirándola sin entender todavía nada de lo que estaba pasando.

- Sólo... Porque sí. - Ella sonríe con un gran sonrojo entre mejillas. - Puedes leerlo ahorita si deseas.

Miré curioso el sobre rosa pastel que se encontraba en mis manos. Miré de nuevo a la chica y ésta me hace una seña de que lo leyera, así que giro el sobre para abrirlo y cuando estaba a punto de sacar la carta que estaba dentro del sobre, Scarlett le da un manotazo al mismo, provocando que ésta cayera al suelo.

- ¿Qué ocurre? - La miré alarmando y muy sorprendido por aquello.

- ¡Lo siento! - Dice tomando la carta de prisa muy nerviosa. - Recordé que no metí la carta en el sobre. Que despistada soy, ¿no?

Scarlett ríe muy nerviosa y esculcando de nuevo su mochila, esta vez saca sólo una carta y me la extiende.

- ¿Es ésta? - Digo riendo, pues se veía muy paniqueada por ser tan despistada.

- Sí, - Dice tomando su mochila. - léela cuando no esté. Adiós.

Sin poderle decir un gracias, la chica salió corriendo del salón, dejándome sólo con una carta en manos y realmente confundido.

. . .

"BeomGyu,

sé que es extraño que recibas esto, pero quería agradecerte por tu amistad.

Eres un chico muy amable y amistoso, me siento muy honrada y contenta por tu amistad. Espero y sigamos siendo buenos amigos.

- Con cariño, Scarlett."

Observaba la pequeña carta encima de mi cama un poco decepcionado.

No entendía aún la razón del por qué ella me lo había dado. Pero de algo estaba completamente seguro.

Y era que, sin siquiera yo intentar algo con ella, fui bateado cuando menos lo esperaba. Ahora que empezaba a tener en claro que en realidad, yo sentía algo por ella.