Un sobreviviente en Corea del sur 한국의 생존자

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El soldado que escapó del régimen de Kion Ung.

-¿Qué demonios?- Simba Yang reprodujo el video

Livingstone T. quien permaneció preso en Corea del Norte por diez años, logró escapar el pasado 13 de Noviembre del régimen de Pyongyang cruzando la frontera hacia Corea del sur

Simba Yang se quedó boquiabierto, tanta era la sorpresa que apenas pudo alzar la voz lo suficiente para llamar a Ryan, quien dormía en la habitación de al lado.

-¡RYAAAAAN!- Simba Yang corrió hacia el pasillo pausando el video-Ven rápido.

-¿Qué pasa?- Ryan salía más dormido que despierto de su habitación, se acercó a Simba Yang para ver la noticia en el teléfono celular.

Había estado en Corea del Norte por diez años sirviendo con trabajos forzados en el ejército al terrible régimen de Kion Ung, Livingstone pasó por una cirugía de cinco horas, donde los doctores surcoreanos Sam y Sally lograron retirarle las cuatro balas que recibió en su intento de escapar de Corea del Norte.

Ryan abrió los ojos llevándose una pata hacia su hocico muy feliz, miró a Simba sorprendido con lágrimas en sus ojos.

-SIMBAAA- Lo abrazó con mucho cariño- ¡LO LOGRÓ! AY DIOS MÍO NO PUEDO CREERLO.

-¡SIII!-Simba lo abrazó también, ambos saltaban y gritaban muy felices que no les importó despertar a sus vecinos.

Ryan respiraba muy agitado, intentó calmarse secándose las lágrimas de los ojos, asimilando todavía aquella noticia, no podía creerlo lloraba de felicidad sentado en el suelo, en ese momento Simba reprodujo el resto de la noticia.

Livingstone Tilkerson no fue el único desertor, los soldados de Corea del Sur encontraron junto al león herido por las balas que dispararon los norcoreanos a otro prisionero de Corea del Norte vestido también de militar, quien ha sido identificado como el ciudadano Chino Bodi Carlo, lamentablemente él no corrió con la suerte de su compañero, falleció al instante luego de recibir más de veinte balazos en todo el cuerpo.

El celular de Simba Yang cayó al suelo cuando éste lo soltó al escuchar aquella trágica noticia, Ryan abría los ojos muy sorprendido, el choque de emociones en ese instante se convirtió en un estado severo de angustia tanto para él como para Simba.

-¡No! Bodi- Ryan se levantaba incrédulo- No puede ser, ¡NO PUEDE ESTAR MUERTO!

-Lo mataron, Ryan- Simba Yang lloraba con mucho sentimiento- Es lo que hacen para evitar que hablen sobre las atrocidades de mi país.

-¡NOOOO! ¡BODI!- Ryan gritaba desconsoladamente, no había llorado tanto ni siquiera cuando lo separaron de su padre.

Simba Yang lo abrazó, ambos sentados en el suelo lloraban por la injusticia del régimen norcoreano, su padre se encontraba bien en un hospital de Seúl, pero Bodi quien comenzaba a desarrollar su vida profesionalmente y siempre sonreía ante todo estaba muerto, nunca más volverían a escuchar sus bromas ni su risa.

Habían pasado cuatro días, el doctor Sam inspeccionaba a Livingstone en la sala de cuidados intensivos, los enfermeros tomaban nota del ritmo cardiaco de Livingstone al mismo tiempo que revisaban el suministro correcto de oxígeno.

-No ha despertado, doctor-un enfermero lobo examinaba a Livingstone detenidamente- pero sus signos vitales han presentado mejoras en estos días.

-Su respiración ¿Es normal?- cuestionó el doctor examinando a Livingstone con la vista.

El lobo asintió mientras colocaba otro suministro de suero en la pata del león, Livingstone dormía profundamente.

-Envíenlo a un cuarto privado, su familia está a punto de llegar pero no recibirá visitas hasta que despierte y deberás notificarme, Jacob.

-Sí, Doctor- el lobo tomó el suministro utilizado para luego retirarse.

Livingstone fue trasladado esa noche a un cuarto del séptimo piso del hospital central, era monitoreado por las enfermeras cada hora, aún tenía la mascarilla de oxígeno para evitar cualquier desperfecto en su respiración.

En ese momento el león abrió los ojos lentamente sintiéndose un poco débil, observó un lindo cuarto de paredes con lujosos acabados de madera y una sala de estar frente a su cama.

-Bodi...-dijo en voz baja a través de la mascarilla de oxígeno.

Una enfermera observó a través de la ventana que Livingstone había abierto los ojos, por lo que inmediatamente avisó al Doctor Sam, el león con anteojos, pelaje amarillo y melena café vestía una bata blanca con su nombre escrito en la parte del corazón, éste entro al cuarto para ver a Livingstone sentándose junto a él.

-Doctor...-Livingstone lo miraba muy débil- ¿Esto es Corea...del...sur?

El doctor Sam asintió con la cabeza, dedujo que era normal el estado actual de Livingstone debido a la anestesia utilizada en la complicada cirugía de hacía unos días.

-Sí, Livingstone lo lograste- el doctor sonrió poniéndose de pie- la verdad es que nos has sorprendido, eres un león muy fuerte lo cual te ayudó a sobrevivir a cuatro disparos.

Livingstone tenía la esperanza que Bodi pudiese estar vivo todavía, desvió la mirada del doctor hacia la ventana con una linda vista de la capital surcoreana.

-Es muy diferente- decía Livingstone apreciando los coloridos edificios- allá solo había oscuridad y pocas luces de propaganda política eran la única luz en...-le dolía pronunciar aquel nombre- en Pyongyang.

El doctor asintió, tenía tantas cosas que preguntarle acerca del país vecino pero no se atrevió a hacerlo todavía para que Livingstone siguiera al pie de la letra su tratamiento.

-Ya veo- dijo colocándose al lado del león- tu estado de salud es estable, estás fuera de peligro, necesitarás comer en cuanto antes para recuperar fuerzas...

Livingstone interrumpió al doctor con una pregunta muy importante.

-¿Doctor, qué pasó con Bodi?- trato de darse a entender mejor- el perro que cayó a mi lado cuando cruzamos la frontera

El Doctor Sam consideró algo inapropiado responder en este instante, sin embargo consideró que de todas formas la intriga podía afectar más a Livingstone por lo que no dudó más en responder a su pregunta.

-Lamento ser yo quien te lo diga- tomó aire para luego mirar a Livingstone a los ojos- tu amigo falleció al instante en que las balas lo atravesaron.

Livingstone derramó una lágrima al escuchar aquello, su estado actual no le permitía llorar mucho pero su dolor era tanto que le pidió al doctor lo dejara solo.

El león suspiraba llorando en silencio, deseaba con todas sus fuerzas que aquello fuera una pesadilla, pero definitivamente Bodi había fallecido. 

El secreto de la libertadWhere stories live. Discover now