El precio de la libertad 자유의 대가

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Los dos tomaron todo su dinero una vez que habían terminado de desayunar, sabían exactamente que hacer ahora, por lo que solo esperaron a que dieran las dos de la tarde para partir hacia la zona desmilitarizada.

Bodi finalmente recorrió el departamento por última vez mientras que Livingstone repasaba el plan y verificaba que su pasaporte esta vez si fuera real, para evitar cualquier desperfecto en el país vecino como el de hace diez años.

13 de Noviembre 2:30 pm

El Jeep abandonaba la ciudad de Pyongyang, tanto Bodi como Livingstone observaron por los espejos retrovisores cómo quedaba atrás la ciudad en la que habían pasado tantas cosas, la capital norcoreana los despedía con un día muy frío y nublado, ambos platicaban acerca de cómo planeaban reunirse con sus familias y que tanto platicar a sus amigos acerca de cómo es vivir en el país más aislado y militarizado del mundo, fue aquí cuando llegaron al tercer puesto de control, en el cual les concedieron el paso apenas vieron de quienes se trataba pues ya los conocían mucho mejor.

13 de Noviembre 4:20 pm

Los últimos minutos en Corea del Norte pasaban tan lento, Livingstone verificó el tanque de la gasolina, éste aún estaba lleno por lo que había algo menos de qué preocuparse, en éste último tramo repasaron el plan de nuevo para no olvidar ni un solo detalle, esta fue la última conversación de paz entre Livingstone y Bodi en Corea del Norte:

-Bodi- Livingstone ya divisaba el cuarto y penúltimo puesto de control, estaban a punto entrar a la zona desmilitarizada- ha sido un honor tener un gran amigo como tú- le tomó la pata conforme se acercaban lentamente al puesto de control, donde un militar ya los esperaba- te quiero, amigo.

Bodi miró a Livingstone, por alguna razón no lloró, le tomó la pata mirándolo con cariño.

-Yo también te quiero, has sido el mejor, Livingstone, saluda a Ryan de mi parte- en ese momento el auto ya se había detenido.

Livingstone mostró su cartilla militar junto con Bodi, el tigre militar apenas los vio les sonrió para posteriormente darles el pase a la zona desmilitarizada de Corea.

13 de Noviembre 4:28 pm

El león cerró la ventana, Bodi hizo lo mismo, no hubo tiempo de mirarse el uno al otro, lo único que Bodi pudo escuchar antes de que el motor del Jeep arrancara a toda velocidad fue lo siguiente:

-Buena suerte, Bodi.

13 de Noviembre 4:30 pm

-¡Señor las cámaras han sido desactivadas!- el encargado de seguridad digital llamaba por radio- Reporto, fallo total no podemos configurar absolutamente nada.

Livingstone pisó el acelerador a fondo, ambos desabrocharon los cinturones de seguridad mirando concentrados hacia el frente, el velocímetro marcada 110 kilómetros por hora cuando pasaron por el último puesto de control sin detenerse, miles de cosas pasaban por la mente de Livingstone en ese momento que no podía procesar ninguna sin inmediatamente pensar en la siguiente, Bodi miraba asustado a su amigo pero confiado en que lo lograrían, nadie los seguía, consulto el reloj: 4:31 de la tarde, lo estaban logrando, el último obstáculo se divisaba rápidamente considerando la gran velocidad a la que viajaban, una curva realmente pronunciada hacia la izquierda.

Corea del sur estaba frente a ellos, Livingstone intentó bajar la velocidad pero el vehículo no respondió, fue aquí cuando ambos amigos cerraron sus ojos para enfrentarse a lo peor, el vehículo perdió el control, Livingstone se aferró al volante y Bodi a una de las manijas de la puerta.

El Jeep se estrelló en el gran árbol que se encontraba a dos metros de la línea divisoria, Bodi y Livingstone salieron corriendo del Jeep, pero tal fue su sorpresa que decenas de soldados corrían desde la parte trasera del edificio portando sus armas, Livingstone no lo pensó dos veces.

El secreto de la libertadWhere stories live. Discover now