Luchar para Sobrevivir 생존을 위해 싸워라

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A cientos de kilómetros Livingstone sintió un dolor en su pecho que lo hizo despertar de golpe.

-¡RYAN! ¡HIJO!- gritó incorporándose rápidamente- ¡No!- dijo creyendo que todo había sido una pesadilla- maldición esto es real.

Bodi se encontraba despierto, al escuchar la voz de Livingstone se acercó para hablar con él.

-¡Livingstone! Estás vivo- lo tomó de la pata izquierda- me da tanto gusto escuchar tu voz.

El gran león miró a Bodi con sus ojos azules, mirando con preocupación a Bodi intentó acomodarse lentamente en el suelo.

-Mi hijo, Bodi- decía aterrado- Ryan no está bien, algo me lo dice.

-Claro que no está bien- dijo Bodi sentándose al lado de Livingstone- lamento decírtelo pero bueno es obvio, está triste.

Livingstone respirando profundamente comenzó a mirar a todos los lados del calabozo.

-No es eso, algo le pasa pero no estoy seguro... ¡AAH! Mi pata- el león miró la pata donde Bodi había cubierto la herida con la camisa- ¿Bodi? ¿Tú pusiste eso en mi pata?

El perro se acercó a la pata lastimada de Livingstone, mientras el león ponía una de sus garras encima de su estómago.

-Sí, bueno tienes un hijo-Bodi comenzó a quitarle la prenda de la herida a Livingstone- no podía dejarte morir, déjame re...

-¡GRRRR!-Rugió Livingstone amenazando con golpear a Bodi con su enorme pata- ¡Eso duele! Casi te mato.

Bodi comenzó a reír haciéndose para atrás, su instinto de supervivencia le advertía alejarse un poco del león.

-Necesito revisarla, grandulón y también los demás golpes, puede ser peligroso, déjame revisarte.

-Pero tú no eres médico- decía Livingstone apenado- Bodi, perdóname- se llevó sus patas apenado a los ojos- no puedo evitarlo, el rugido es algo, bueno incontrolable cuando se trata de dolor en leones.

El perro nuevamente se acercó a Livingstone, sabía que corría riesgo, pero era mayor el que corría Livingstone debido a sus heridas que podrían infectarse con el suelo sucio del calabozo.

-Bueno no me das miedo- dijo sonriendo- dos años en la facultad de medicina de Beijing al menos me enseñaron a tratar heridas peores que las tuyas- dijo acercándose de nuevo a la pata lastimada del león.

-¿Tú? ¿Médico?- Livingstone sonrió por primera vez después de todo aquel tormento- vaya ahora lo he visto todo, Bodi.

Bodi sonrió también ayudando a Livingstone a sentarse derecho, fue algo difícil debido al gran tamaño del león, sin embargo alguien tenía que ayudarlo.

-Sí, pero no me gustó y decidí cambiarme a turismo y bueno ahora mi trabajo es visitar el mundo- sonrió mientras ayudaba a Livingstone- bueno pero necesito verificar tu herida, necesita ventilarse luego de tener esa camisa atada toda la noche.

Livingstone no tenía idea de cuánto tiempo había pasado después de que se desmayó.

-Pon las garras fuera de mi alcance- dijo Bodi- sé que los leones son demasiado agresivos cuando se trata de curar heridas y bueno ya me lo demostraste, grandulón- Livingstone sonreía con aquel gran humor que tenía Bodi- las garras detrás de tu cabeza, por favor.

El león obedeció como había pedido Bodi, el perro por su cuenta comenzó a quitarle la camisa de la herida a su amigo Livingstone, quien no tardó en comenzar a quejarse y gruñir de dolor.

-¡AAAH! BODI- Livingstone comenzaba a moverse- Déjame así, es demasiado doloroso.

-Tienes un hijo que te necesita- el perro volteó a verlo directamente a los ojos- ahora- se quitó su gorro para dárselo a Livingstone- colócate esto en el hocico y muérdelo cuando sientas dolor, pero no grites que nos descubrirán.

El secreto de la libertadWhere stories live. Discover now