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Lan WanJi era un hombre estricto consigo mismo.

No sé permitía ninguna clase de error cuando se trataba de su trabajo o la escuela.

Tenía un horario muy bien estructurado que en sus 22 años de vida se había esforzado por seguir al pie de la letra.

Esa mañana no era diferente al resto, o al menos eso había pensado, tomó su maletín para dirigirse a sus clases matutinas antes de partir a la empresa de su tío para continuar con sus actividades.

Su hermano mayor estaba de viaje de trabajo así que lo había dejado a cargo de sus tareas en la oficina mientras no se encontraba. Para Lan WanJi era cansado pero de igual manera no se había negado.

Las llaves tintinearon cuando cerró la puerta principal de su apartamento. Pero unos chillidos y risas llamaron su atención haciendo que sus ojos voltearan a la puerta que acababa de abrirse a su izquierda.

-Eres un idiota -chilló una voz burlona.

Un chico más bajo que él salía con una mochila colgada en su hombro, vestía ropa casual y su cabello despeinado en todas direcciones.

Lan WanJi bufó casi inaudible pero el chico volteó rápidamente en su dirección. Sus ojos grises se toparon con él.

-Disculpe si lo hemos molestado -le dijo sonriendo- No solemos ser tan ruidosos, pero eso sería mentirle descaradamente en la cara

Lan WanJi resoplo.

-Tal parecía que seremos vecinos, mi nombre es Wei Wuxian pero puede llamarme Wei Ying -dijo extendiendo su mano pero no al lugar donde se encontraba Lan WanJi.

-Ridículo -dijo creyendo que se estaba mofando de él.

-Vaya carácter -bufo Wei Ying- Pero no importa, ya tendremos tiempo de conocernos mejor pero por el momento podría decirme su nombre

Lan WanJi sólo lo miró sin decir nada.

Al saber que el hombre no iba a estrechar su mano, Wei Ying la bajo incómoda mientras reía rascando la parte trasera de su cuello.

-No importa tarde o temprano lo averiguaré

-¿Que haces? -dijo otro chico que salía del mismo apartamento.

Sus ojos se encontraron con los de Lan WanJi, que parecía molesto.

-Lo lamento, mi hermano es un tonto, me llamó Jiang Cheng esperó que no lo haya incomodado

La risa de Wei Ying fue dulce y contagiosa, ganando la total atención de Lan WanJi.

-¿Incomodarlo? Jiang Cheng él fue tan hablador que estoy aturdido

El ceño se fruncio casi imperceptible en el rostro de Lan WanJi.

-Callate -dijo Jiang Cheng golpeando suavemente el hombro de su hermano.

-Con permiso -dijo WanJi perdiendo la paciencia- Debo irme

Jiang Cheng tomó de la manga a Wei Ying abriendo paso para que el mayor pudiera pasar sin ningún problema.

-Que tenga buen día

Lan WanJi asintió en agradecimiento.

-Nos veremos después -le dijo Wei Ying dedicándole una leve sonrisa.

Lan WanJi lo miró brevemente antes de perderse en las puertas del elevador.

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Todos los días de mi vida. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora