Your magic • Emma Watson

|050| La suave melodia de un "Te amo"¹

—Tratas de demostrar lo útil que eres cuando la vida no se trata de eso, Violet —y estiró su mano para entrelazarlo con la de ella en señal de apoyo.— Nunca serás inútil ¿Me escuchaste? Nunca.

Muchas personas a lo largo de su vida habían dicho mil cosas para animarla creyendo que estaba todo bien, pero era momentáneo eso no generaba ningún cambio en su persona y por ello al escucharla.

Todo cambio.

—¡¿Que?! ¡¿Estamos hablando de la misma Violet?! —. Ron habia quedado con la boca abierta de la impresión y una pata de pollo a pocos centímetros de su boca.

—Si, lo encuentro muy sospechoso ¿que estaría planeando?

—Nada bueno te lo aseguró.

—Harry, Ron la gente puede cambiar.

—Alguien como Violet Malfoy, no, Hermione.

Ante la determinada afirmación de Harry, ella dudo por un breve momento y lo descarto al instante por recordar lo indefensa que se veía llorando en una esquina de la Biblioteca esperando no ser encontrada. Ellos conocían su cáscara y ella el fruto.

—Harry y Ron casi les entra una mosca en la boca por tenerla tan abierta de la impresión ¿Que hiciste?

—Seguir tu consejo —confiesa acariciando a su lechuza que estaba de lo más cómoda en su hombro—. Ser yo misma aunque la gente no le agradaría.

—Estoy segura que mucha gente le agradaría conocerte, de verdad.

—Eres muy amable, Hermione —. Era la primera vez que había dicho su nombre y con la suavidad, la delicadeza que lo había dicho era una suave caricia a la Leona quien sintió sus mejillas arder.

Ella sabía lo que había hecho, ayudar a que cierto tímido y miedoso Gryffindor tuviera un día libre sin las molestias de Draco, pero debía escuchar su versión ya que era demasiado anormal que le llevará la contraria a su hermano.

—Solo me identifique en él.

Hermione se impresionó por segunda vez desde ese encuentro en la Biblioteca, pensó que ellos no tenían miedo, no parecían aparentarlo debido a su siempre templanza de seguridad e inferioridad.

—Cada día me sorprendes más.

—¿Eso es bueno?

¿Lo era? Realmente no sabía mucho más de las sensaciones que sus acciones causaban en ella y eso no parecía ningún mal.

—Si, lo es.