Si supieras lo que siento-Yewook

Si supieras lo que siento... Parte 2

Hola a todos y todas! Disculpen la tardanza, ya pude traerles la otra parte. Inesperadamente estoy escribiendo más de la cuenta, pensaba en un inicio hacer 2 partes pero al parecer serán 3 o tal vez 4… depende de mi inspiración:3 Espero les guste!

Y-Yesung…-Susurré entre sueños, aún recordaba lo que pasó aquel día, el día en el que fui de Yesung por rencor y venganza; aún recuerdo y siento sus manos recorrer mi cuerpo y me abrazo a sí mismo, es la primera vez en la que menos deseo ser tocado y menos por él, ¿Por qué? ¿Por qué has hecho algo tan horrible? Todo por algo que yo no hice… te lo repetí miles de veces ¿Por qué no me creíste? ¿Qué he hecho mal en la vida para merecer tan cosa? Tal vez sí lo merecía. Sentí la molestosa luz del sol entrar por la ventana, abrí lentamente mis ojos que pesaban demasiado, seguro por el llanto que había hecho, miré de lado a lado moviendo solo un poco la cabeza, que era realmente lo único que podía hacer, efectivamente estaba en la habitación de Yesung, estaba completamente desnudo bajo sus sábanas, las cuales tenían algunas marcas de sangre, sangre de los golpes que me dio… ¡¿Acaso esto no puede ser sólo una pesadilla?! Quería despertar ya y seguir sólo de vista a ese Yeye que sonreía alado de una persona que no era yo, creo que preferiría eso a tener que ser…violado, por la persona que más amo en la vida, seguro él me tiene asco y sigue enojado. De repente la puerta se abrió y yo salté prácticamente para sentarme pero un dolor demasiado intenso en mi espalda baja me hizo caer boca abajo en la cama, ya lo único que pude hacer fue cubrirme con las sábanas y encogerme, no podía mirarlo, si lo hacía seguro lloraría.

-¿M-Me pu-puedo i-ir y-ya?... p-p-por fav-or…. –

Antes de que mi Hyung haya podido contestar esa pregunta sentí objetos caer sobre mí, me aguanté el dolor, el simple hecho de pasar mi mano suavemente por mi piel me dolía, me destapé solo un poco para mirar lo que había sido, lo que menos me esperaba… sobres con las canciones que había compuesto para Yesung, las recientes galletas que le había cocinado, un álbum de nuestros momentos juntos, una cámara fotográfica y algo de ropa que había olvidado cuando en un día lluvioso llegamos a su casa. Simplemente lo miré a la cara con mucho miedo, ni podía hablar, ¿Qué me estaba queriendo decir? Era… ¿Era el adiós?

-Lárgate, tienes 20 minutos para tomar tus cosas, y no quiero verte nunca más en mi vida-

Caí rápidamente al infierno, era tal y como pensaba, era el fin de cualquier relación que tuviese con Yesung, incluso nuestra amistad, todo se hizo trizas, al igual que mi corazón, si siquiera me diera una oportunidad de explicarle, tenía miedo de su reacción, pero era ahora o nunca, me senté con las fuerzas que me quedaban, debía ser fuerte para tener el valor de expresar lo que quería, las sábanas resbalaron hasta mis piernas siendo lo único que cubrían, me sorprendí incluso al ver todas las marcas rojas que habían en mi cuerpo, producto de los chupetones y golpes de mi Hyung, él me miró y al ver mi estado rápidamente desvió su mirada, al parecer no le importaba, él seguía creyendo que lo que realmente me merecía era la muerte, hasta de seguro deseaba que el que esté en esa tumba sea yo y no su novia…

-A-Ahora quisiera…decir algo, aunque no me c-creas… al menos quiero que lo sepas… - Esperé un momento para cerrar mis ojos y respirar hondo –Hace tiempo que ella y yo nos llevábamos bien, planeábamos cada vez que nos veíamos la forma en sorprenderte, ya que yo al principio no quería acercarme, porque cada vez que los veía juntos yo… -No terminé lo que iba a decir, ya que eso no serviría de mucho, se comenzó a quebrar mi voz y cerré los ojos de nuevo intentando no llorar pero fue un intento inútil- P-Pero pensé en ti… y salí de la oscuridad para enfrentarme a la realidad, te veía feliz, eso era lo que me devolvía la vida, me levanté y seguí batallando a lo que me atormentaba. Perdón, perdón por no decirte antes, fue mi error, pero créeme que nunca… NUNCA… he dejado de amarte –Dije entre sollozos, ya no pude más, así que tapé mi rostro para llorar, me sentía avergonzado de que Yesung me viese así, cualquiera se reiría de verme en esa situación, qué irónico, después de hacerle un favor a alguien te paga de ésa manera, me sentía ridículo. Tampoco vi su reacción, era lo que menos quería en ese momento incómodo y cortante, paré de llorar y me limpié las lágrimas, con la cabeza baja me levanté poco a poco y con dificultad, mordí mi labio inferior para no quejarme, cogí mi ropa y me vestí con cuidado, pocos segundos después escuché la puerta de la habitación cerrarse, el mayor había salido y como predije no había creído lo que le dije.