Capítulo Cincuenta y Uno

Comenzar desde el principio
                                    

— ¿Estás enterada de qué el veinte de este mes parten a Asia a dar conciertos, verdad?

—Dexter me dijo, vuelven el diez de diciembre —murmuro—. Quiero creer que para esa fecha seré capaz de cuidar de mi hijo.

—De acuerdo, ¿Y qué hay de Doug? ¿No vas a extrañarlo?

—Ya no estamos juntos.

—Repito ¿No vas a extrañarlo? —pregunta de nuevo.

Odio que cuando todos quieren hablar de Doug conmigo usen el tono de voz calmado y dulcificado, cómo si se acercaran a un animal herido e indefenso. Tomamos nuestras decisiones y no estamos juntos, fue lo que fue.

—Espero y disfrute de la gira ¿Vas a extrañar a Harry?

—Con locura, hemos pasado por una gira más larga y yo estando embarazada, esta sólo serán veinte días y aunque lo extrañaré cómo loca; mis hijos, la editorial, el cuento y los últimos toques de la boda, me mantendrán ocupada.

—Mi permiso del trabajo acaba en marzo, tengo mucho tiempo libre, más ahora que solo veo al psicólogo.

»Pero he estado pintando, haciendo caminatas y leyendo mucho. Creo que mi psicólogo tiene razón, Jeff notaba la tensión que emanaba y eso no le daba seguridad, por eso no se sentía cómodo en mis brazos.

—Ya ves que todos te hemos dicho que él sí te quiere —murmura apretando mi mano—. Él es un niño precioso, Hilary, está rubio y sus ojos comienzan a tornarse azules.

Sonrío sintiendo un nudo en mi garganta, mi renuencia a verlo está en no querer herirlo, no querer exponerlo al peligro. Sé que no he sido hasta ahora la mejor madre que le ha tocado, lo he demostrado, pero quiero serlo por él.

Jeff lo merece.

—Supongo que Doug y yo hicimos a un bebé precioso.

***

— ¿Estás haciendo trampa? —pregunto a papá, él ríe aflojando el nudo de su corbata.

Todo indica que le ha ido muy bien en su reunión de negocios, puesto que en cuanto llegó, me retó a jugar cartas.

— ¿Qué clase de padre sería si no le doy el ejemplo a mi hija de no hacer trampa?

Rio lanzando una carta, él enarca una de sus cejas gruesas y parece pensativo. Harry quizá es el más cercano a parecerse a papá, tiene la misma mirada, mucho de sus gestos y los rasgos son similares.

Lo veo arrojar su carta y por supuesto que gana. Ruedo mis ojos y de manera infantil lo acuso una vez más de hacer trampa a lo que él finge estar ofendido.

Mamá aparece con un vestido rosado muy bonito y su cabello recogido, papá suspira y se pone de pie cuando mamá lo mira con descontento.

— ¡Ya deberías haberte cambiado, Carter!

— ¡Hilary me distrajo!

— ¡Oye! Tú me retaste a jugar, no me des la culpa a mí —me quejo.

Veo divertida cómo mamá conociéndolo muy bien le extiende una camisa que bajó de la habitación, papá se la pone rápidamente y le da un beso en la mejilla a modo de aplacarla, ella sonríe.

Sueño con llegar de ese modo con... Suspiro, por ahora estoy sola.

Mientras esperamos que papá vuelva de cambiarse los zapatos, mamá besa mi frente y me sonríe. Ha estado enfocada en ayudarme a recuperarme de toda la depresión, a salir adelante.

— ¿Segura que no quieres venir al cumpleaños de Adam?

—De querer quiero, pero me siento más cómoda aquí, tengo mucho tiempo sin ver a la mayoría y no quiero que toda la atención caiga en mí, sería muy abrumador —asiente, señal de que me entiende—, de igual manera no olvides darle mi regalo y un fuerte abrazo.

El Deseo Prohibido de Doug (BG.5 libro #2) Disponible en Librerías.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora