La cárcel

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–¿Ustedes son los que acaban de llegar? –preguntó el oficial, de piel morena, musculoso, con una voz muy gruesa, daba miedo y más con el que ya tenían.
–Si, somos nosotros –afirmó Rojin, tembloroso.
–Soy el oficial Oscar, y soy quien va a llevar su caso –con seriedad les dijo.
–Pero, no tenemos nada, nada para ver o detectar al culpable de esto, ya deben haber sido destruidas las pruebas –decía Fernanda asustada.
–No se preocupen, aquí sólo van a decir la verdad de los hechos, y ya nosotros nos vamos a encargar de lo demás –el oficial trataba de que ellos de calmaran.
–De acuerdo, solo diremos lo que pasó –está ves, Fernanda dijo más calmada.
–Correcto, ahora, necesito que me digan sus nombres –el oficial pidió.
–Mi nombre, Fernanda Jael Córner Castillo…
–¿¡Córner!? –espantado grito aquel oficial al oír el apellido Córner.
–Si ¿Por qué? –preguntó Fernanda.
El oficial levantó el arma a los dos, diciéndoles:
–Quedan arrestados, todo lo que digan será usado en su contra…
–¿Nos van a arrestar por ser hijos de Fredy Córner? –preguntó Rojin.
–Si, pues los Córner son peligrosos para todas las personas, así es que, tienen derecho a un abogado, si no tienen para pagarlo, el estado les…
–No necesitamos un abogado, por que lo que dicen es algo absurdo, no han investigado nada, no saben nada de esto, por eso nos llevan a la cárcel –Rojin reclamaba –así es que dígame o deme razones para que me pueda llevar arrestado, pero que tengan argumentos.
–Han sido demandados tres veces por explosiones, tan sólo aquí en este pueblo, en otras ciudades nos han llegado demandas por el uso de armas radioactivas, homicidios, el de cinco o más personas, y muchas más cosas ilegales –dijo el oficial.
Los dos Córner se voltearon a ver, y se pusieron a pensar, ¿Cuándo ellos dos harían algo así?
–Hugo –dijo en silencio Rojin.
–¿Qué dijo? –preguntó el oficial.
–Nosotros llegamos aquí por una herida de bala a mi hermana, y esa bala era de un arma peligrosa, no era nuestra, las explosiones fueron a la casa del verdadero enemigo, pero nosotros no las causamos, fue Hugo, no recuerdo su apellido, pero es el verdadero culpable de todo esto –insistió.
–No podemos creerles hasta tener pruebas de que no son ustedes, y que es ese tal Hugo –el oficial les dijo, y les dio señales a los otros dos compañeros para que estos los arrestaron.
–Entonces, ¿Cuáles son todas las pruebas de que fuimos nosotros dos? –preguntó Fernanda.
El oficial no dijo nada, y solo los llevó a la patrulla, y todo el mundo lo vio.
Héctor, el enfermero, no estaba para nada contento con esto, así es que se puso a investigar todo lo que le fuera posible para salvarlos.
Ambos fueron enviados a la cárcel, injustamente, solo esperarían a que el juez dictará la condena, y que un abogado quisiera hacerse cargo de ese caso, pues todos los abogados estaban furiosos con ellos, y muy contentos con que estuvieron en la cárcel.
–Pues, creo que su condena será de toda la vida, nadie va a defenderlos, pues son peligrosos –dijo Oscar, el oficial que los arrestó.
–Juro que no somos culpables, le contaré todo, Hugo y su familia, las personas que murieron eran ellos, y Hugo las ha ido asesinado, claro, no ha sido porque a él se le antoje, sólo asesina a quienes no son de la familia, pues nos tocó ver como incendió una casa con alguien en ella, una casa explotó porque tenían bombas ahí.
–No les creeré, hasta que tengan las pruebas suficientes –el oficial les dijo y se retiro.
Ambos estaban en la misma celda, pues esperaban a que les dieran la sentencia.
Pasaron algunas horas, el juez los llamó, solo para darles su voto, les dijo que eran culpables, de todo lo que se les había demandado, y por ser hijos de Fredy Córner, y aquella condena, fue de cadena perpetua.
Ambos serían separados de celda, pero, creían que serían un peligro para los demás, así es que a los dos los dejaron en la misma celda.
–Después de todo, se logró vengar de nosotros, de esta forma, pero, lo pagará, todo se paga en esta vida, todo –Rojin dijo.
Así pasaron cinco años en la celda, solo cinco años ¿Por qué?
Todo lo bueno comenzó en 1990, seis meses después de que fueron arrestados.
Todos les tenían enojo a ellos, pues muchos habían perdido familiares y amigos por Hugo, y él culpó a Rojin y Fernanda.
Aunque ambos eran inocentes, y, Héctor logró demostrarlo, pues en cuanto se los llevaron presos, hizo todas las investigaciones, se fue a todos los lugares donde habían pasado aquellos sucesos.
Al cabo de casi un año, ya tenía más de la mitad de las pruebas de que ellos eran inocentes, así que, ya no eran 100%  culpables, ahora, solo el 35%.
Después de más investigaciones, el juez bajó la condena demasiado, de ser la cadena perpetua, a tan sólo quince años de prisión.
Los únicos delitos que marcaban como culpables, eran el de la nave destruida en campo ajeno, aunque fue causada por Hugo, pero, no habían pruebas de eso, aparte, el hecho de que eran hijos de Fredy, ahí estaban los quince años juntos.
Héctor los visitó para pedirles que contribuyeran en la búsqueda de su inocencia:
–Necesito que me digan donde está la nave de Hugo, nosotros la vamos a buscar, y vamos a sacar a la luz todo lo que ha hecho ese maldito, y solo nos hace falta saber donde está la nave, y listo –pidió Héctor.
–De dónde salimos es a seis calles al norte del hospital, llegando a la sexta, da vuela a su derecha, y camina otras diez calles, y llega a un campo, la primera casa que se vea es en donde esta Hugo, debe estar ahí él, pero si va, hágalo con cuidado –Rojin le pidió.
–Lo haré, de hecho, no voy a ir yo solo, lo haré junto con una docena de policías, Hugo no vera que es lo que lo atacó, será culpable y, los dos saldrán libres –Héctor prometió a ambos.
–Gracias, vayan con cuidado, con mucho cuidado –Rojin le dijo con un poco de preocupación.
–Lo haremos –Héctor les dijo y se retiró.
Doce policías que ya creían que no eran culpables Rojin ni Fernanda, sino Hugo y su familia, fueron con Héctor, armados de valor, todos lo hicieron.
Llegaron a la ubicación que Rojin les había dado, y, ya no estaba la casa, había sido destruida, por el mismo Hugo, solo estaban partes de la nave lo que les ayudó mucho, aunque, la investigación tardó más de cuatro años.
1994 eran casi el 100% inocentes, solo quedaba poco para investigar, y listo, tan ves ese mismo año iban a salir de ahí.
–Hoy cumplimos cinco años aquí, y gracias a Dios que no será más, lo logramos, también gracias a Héctor que nos a ayudado en todo esto –la alegría combinaba con la tristeza, y hacían que el optimismo de Rojin así fuera.
–Cierto, oye, y, no supiste el día en que Amarilla tuvo a tu hijo ¿verdad? –le preguntó su hermana Fernanda.
–Si, un mes después ya podía salir, vino y me dijo, en tres días tendrá cinco años, ella trata de convencer a mi hijo que volveré pronto, y que, estaré para él en lo que sea –Rojin decía mientras las lágrimas salían de sus ojos.
–Yo se que si, él te perdonará, pues no es tu culpa, solo de Hugo, así es que, solo se ten paciencia –le dijo animándolo.
–Si, lo haré, mañana nos darán las noticias de nuestra condena, ojalá que sean buenas –decía Rojin, más calmado.
–Se que Héctor lo logró se que no vamos a estar otros diez años si acaso llegamos a los cinco, pero más, no habrán –con orgullo decía.
Así estaba la situación, estaban a un solo paso de descubrir quienes eran los verdaderos culpable, a un solo paso de ver que, Hugo estaba detrás de todo, y teniendo eso, todo el mundo dejaría de buscar a ese fantasma, encontraría al criminal.
Aunque era imposible de creer, era ya buscado por más de la mitad del mundo, pero, no se sabía el paradero de este criminal, no se sabía nada, era un profesional en realizar este tipo de cosas, que nadie, nadie lo había visto nunca, ¿México lo descubriría?

Córner - La venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora