CAPITULO 10 SAMANTHA

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Así que me pase todo el día durmiendo y armando mi mochila para acampar. Por suerte mi padre era muy bueno en esto de acampar y estaba preparada. Tomé todo lo necesario recordando cómo eran esos días con él. Lo que siempre decía que no había que olvidar, como poner todo en el bolso para que entre, consejos, todo entró a mi memoria y me emocionó recordar. Obvio que a su recuerdo le sumé como agregar botellas de alcohol en mi mochila, no me había enseñado eso y en este momento me hacía mucha falta. Pero llevaría un bolso extra con lo último.

Una hora antes de que me pasaran a buscar, mi curiosidad ganó la batalla. Entro a mi cuenta falsa para ver qué movimiento había hasta el momento.

Para mi sorpresa, hay muchas reproducciones, tanto es así que estaba seguro que la mayoría de Dermet Osenia ya estaban enterados del problema de Dylan. Y ellos estaban informados, porque en los comentarios dejaron sus desprecios hacia el causante de esa broma.

Sucedió más de lo que esperaba. Al parecer nadie sospechaba de mí, eso me alivio mucho. El plan salió a la perfección.

Cerré mi cuenta falsa porque para ese entonces estoy seguro que muchos ya se guardaron el video y se iban a encargar de seguir haciéndolo viral y subir en sus redes sociales. No quería saber nada más sobre el tema, mi venganza había resultado. Estaba lista para dejar la escuela secundaria atrás.

...

Dos automóviles me esperaban afuera. La camioneta de Jota y al parecer el auto de Clara.

Jota se baja y agarra mis cosas para guardarlas en la caja de su camioneta.

–Hola Sam. Tú vienes conmigo.

– ¿Y el resto?

–Somos dos con auto, Clara y yo. John tiene el auto roto, mi camioneta está llena de cosas, y solo queda un asiento desocupado para vos.

–Bueno, iré en el auto con Clara.

–Eso no será posible. Ya está todo ocupado. John lleva a su novia Noemí y Joshua una chica la cual no se el nombre y tampoco me interesa. ¿Me haces el favor de subir al maldito auto de una maldita vez? –definitivamente la paciencia de Jota ha llegado a su límite. Muy rápido por cierto.

–Puedo ir en mi coche.

–¡¡¡S U B E!!!¡¡¡YA!!!

Y no se dice más. Subo sin dar más vueltas.

Ya saliendo de la ciudad luego de un largo rato en silencio, aclaro.

–Tengo que decirte que nadie me manda, solo que no tengo ganas de discutir.

–Sam, sé que nunca haces lo que te dicen y que nadie te puede mandar y bla bla bla... No tienes que demostrar nada conmigo, se la clase de persona que eres.

¿Y a este que le pico? Su modo de hablarme me hizo retroceder. Se nota que no está de buen humor y una palabra más podría llegar a ser un descontrol.

No hablamos en todo el camino. Pero una vez que llegamos a la entrada de Delania, Jota se detiene.

–Perdóname ¿sí? No soy de pedir perdón nunca pero vamos a estar un día entero juntos y no está bueno pasar un mal momento cuando el resto está entusiasmado.

–Entiendo.

Me mira fijo esperando a que diga algo más. Pero no tengo nada por decir, no me interesa en lo absoluto.

Enciende su camioneta y seguimos camino hasta Delania. Lugar donde vamos a acampar.

Su paisaje es muy peculiar. Parece una isla.

Las actividades más entretenidas las vamos a encontrar en este lugar. Un parque de diversiones, varios lugares turísticos, restoranes y bares temáticos, entre muchas cosas más. No todo es diversión, ya que se encuentran las mejores universidades de la zona, con más variedades y un buen plan de estudio y de pago.

Obvio que el paisaje es, a mi parecer, lo que me gusta. El mar de Delania es lo más maravilloso que he visto.

Cuando digo que es peculiar, definitivamente lo es. En una parte de la playa hay un pequeño bosque donde se acostumbra acampar. No es muy grande, pero sí muy oscuro por su gran cantidad de árboles.

Lo asombroso de esta zona es que tiene muy definido el clima. Cuando tiene que hacer calor, hace calor. Si es época de frio, hay frio.

Estando en diciembre el tiempo estaba acompañando a la perfección nuestro plan de acampar. Ya que hace un calor tremendo.

–Al fin –dijo Jota acompañado con un gran suspiro. Si, al fin llegamos luego de buscar por media hora un lugar donde instalar todo.

Ninguno sale de la camioneta. Solo nos quedamos mirando fijo un rato largo después de ese viaje tan incómodo.

–Creo que esto fue una mala idea –dijo bajándose.

Otra hora más instalando todo. Lamentablemente soy la solitaria del grupo, cada uno vino con su par y a mi ese detalle se me había pasado de largo hasta este momento.

Terminando todo lo que me tocaba por hacer, despliego mi reposera y me siento a tomar una cerveza fría.

Empiezo con algo tranquilo, para finalizar con una gran dosis de no solo alcohol.

Mientras el resto finaliza, se van sumando a mí alrededor a tomar algo.

–Creo que hay bastante comida chatarra como para acampar dos semanas. Es demasiado para un solo día –exclama John

–Yo no pienso comer mucho. Sino tendré que estar toda la semana instalada en el gimnasio –dice Ema la acompañante de Joshua. Si, ya averigüe como se llama.

Dicho eso, mi mirada con la de Clara se encuentra instantáneamente, y ambas damos un trago a nuestra bebida para tapar la risa.

Ema es la clase de chica que se encuentra en el lugar y tiempo equivocado con las personas equivocadas. Definitivamente debe ser buena en la cama para que Joshua quiera estar con ella.

Noemí, en cambio, encaja perfectamente con nosotros. Es de ir a Ácidos, pero por lo que tengo entendido no puede ir muy a menudo ya que tiene turno en el trabajo a la noche. 

SUMERGIDOSWhere stories live. Discover now