Capítulo 1

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Unas risas se escucharon por todo el callejón, donde una chica corría con una mochila llena de dinero

-¡Un nuevo golpe de la Fantasma! - festejaba uno de los chicos que la acompañaba

- Nos sacamos el premio mayor, chicos - todo era felicidad hasta que un hombre apareció en la entrada del callejón, haciendo que todos se pusieran en guardia

- Busco al fantasma de estas calles - no podían ver su rostro ya que tenía un casco de motociclista - Tengo un trabajo que solo ella puede hacer

- Te escucho - Dijo ella tirándole la mochila que traía puesta a uno de sus compañeros

- Cien mil estarán en tus bolsillos si aceptas - Le tiró una tarjeta y desapareció de la vista de todos

La chica tomó la tarjeta, había un número impreso allí

- ¿Vas a hacerlo, Cristal?

- Si, no creo que sea nada malo - ella se encogió de hombros, prácticamente tenía cien mil dólares en sus bolsillos, ya que no había nada que ella no pudiera hacer

(─...─)

- Valentine! Maldita sea! Llevo horas esperando a que desactives el sistema operativo! Y tu ahí jodiendo! - Exclamó, fulminando con la mirada a su compañero

- Milo, esto está algo complicado, haci que calmate - Arturo llegó a intervenir antes de que cualquier cosa pase

- Listo, vete ya - Milo sonrió y cuando salió de la camioneta un hombre con una gabardina, sobrero y lentes lo detuvo

- Los necesito a los tres

- ¿Para que? - Arturo tenía un arma apuntando al hombre misterioso

- Para que hagan lo que mejor saben hacer - Les tiró una tarjeta - Habrán cien mil garantizados

- Bien - Milo dijo antes que nadie opinara lo contrario, el hombre asintió y se fue

- Supongo que esta bien - Dijo Valentine bufando

- ¿Que tenemos que perder? - el taurino se encogió de hombros

(─...─)

Una chica y un chico estaban sentados en un sofá viendo la televisión cuando el teléfono de él sonó

- Diga

- ¿Hermanos Pólux? - Alexis puso en voz alta para que su hermana también lo escuchara

- Habla con ellos - respondió la chica

- Tengo un trabajo para ustedes, en dos días vayan a la dirección que les enviaré a las 12 del medio día, allí se les explicará todo

- Antes que nada, amigo, ¿cuanto es la paga? - Pregunto el chico, tenia mala espina, pero no podía negarse, era su trabajo

- Cien mil para cada uno

- Acepto - dijeron los mellizos al miso tiempo

- Les mandaré la ubicación, el día y la hora ya saben - cortó la llamada

- No me da tanta buena espina pero, es nuestro trabajo - la chica tomó un tazón con doritos dentro

- ¿Esos no son mios? - Alexis miro fijamente a su hermana

- Jodete Alec, ya los tomé

Así inició una guerra por los doritos que al final nadie ganó ya que terminó regado por el suelo

(─...─)

El chico estaba caminando tranquilamente por unas calles, nadie lo notaba, ni mucho menos notaban que llevaba un bolso lleno de dinero que acababa de robar, cuando llegó a una calle desolada, un hombre que no pudo ver su rostro se coloco en frente de él ¿de donde salió?

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