♯❚ 𝐃𝐄𝐄𝐏 𝐖𝐄𝐁. | KTH VHAREM.

chapter 25.

—¿Mi culpa? ¡Tú eres un maldito cobarde que guardó el arma!—Le gritó Park enfadado también por los reclamos, cuando notó lo que dijo de inmediato negó horrorizado y trató de serenarse lo más posible. —Lo siento, no quería usar esas palabras.

—Estás jodido de la cabeza.

—¿Y tú no?

Min iba a responderle pero el teléfono de Jimin lo interrumpió logrando que el enfado creciera aún más, el grisáceo tomó su móvil atendiendo la llamada.

—Habla Park Jimin. Diga.

—Oye, Jimmy, lo siento. —Se disculpó balbuceando el contrario por la otra línea.

—¿De qué hablas? ¿Qué es lo sucede?—Park se alejó un poco de Min para hablar tranquilamente, mientras tanto el empresario trataba de ocultarse el rostro para evitar ser reconocido.

—Se me escapó el chico.

—¡Debes de estar bromeando! ¡Ugh, Chanyeol! Te dí una tarea y era vigilar al esquizofrénico.

—Cuida tus modales, Jimmy. Tu padre no estaría orgulloso, eh.

El caníbal jadeó dramáticamente por aire al escuchar esas palabras provenir de su primo.

—L-Lo lamento. ¿Por qué ha escapado? Seokjin puede...delatarnos con la policía.

—¡Es que comenzó a gritar como loco y pensé que le sucedía algo!—Refutó el chico detrás de la otra línea, un bufido de cansancio se escuchó. —Nunca mencionaste la parte de esquizofrénico hasta hace unos segundos.

Park se pasó nerviosamente la mano por las hebras grisáceas, Yoongi lo esperaba con impaciencia a unos cuantos metros.

—...En fin, le quité las cuerdas un momento para ver que le ocurría y me golpeó en la cara. ¡En la cara para después reírse como histérico mientras huía!—Finalizó de explicar Chanyeol con enfado por el teléfono, Jimin trataba de controlar la frustración que sentía en ese mismo momento.

—Chanyeol, mi encantador primito. ¿Puedes salir a buscarlo? Cuando vuelva sabré como recompensarte. —Le dijo con voz tenue para después exhalar y tener su buen humor de vuelta, nada lo alteraría. —Ya sabes, como la última vez. Quedaste fascinado en la manera en que te comía, ¿No es así?

Un suspiro se escuchó y Park sonrió de manera pícara.

—Sí. Aunque me alegro que no haya sido mi carne la que te comieras, eso ni en tus sueños.

D E E P  W E B.
...

—Estás a salvo, estás conmigo. —Jeongguk susurraba constantemente mientras trataba de consolar al menor que se aferraba a su cuello. —Nadie va a tocarte, muñequito.

Abraham controlaba su respiración agitada, habían corrido sin detenerse. No al menos hasta haber perdido a Min y a Park.

—¿Está bien?—Cuestionó el rubio muy apenas articulando la pregunta, su respiración aún seguía errática y el sudor corría por su frente.

—Lo estará.

Taehyung tenía sus manos aferradas al cuello de Jeongguk abrazándole con fuerza, no quería soltarlo por nada en el mundo y está claro que el mercenario tampoco lo haría.

—Gguk...estás aquí. —Balbuceó acurrucado en su fornido pecho, sus manos aún no soltaban el cuello de Jeongguk.

—Estoy aquí, muñequito. —El mercenario acarició las hebras rojizas de Taehyung mientras apretaba el agarre sobre su cinturita. —Hey, mira. El idiota de Abraham también está aquí.

Con temor y timidez, Taehyung levantó su rostro del pecho de Jeongguk para observar al otro adolescente. Abraham le saludó con una cálida sonrisa, el mercenario los miró a ambos reprimiendo el impulso de sonreír. El silencio se adueñó de la conversación por unos minutos así que Jeongguk rompió el hielo de la mejor manera.

—Tus gritos si que sonaron como nena, Abraham. —Expresó el tatuado con una sonrisa de burla, el pequeño pelirrojo se acomodó de mejor manera en su regazo sintiéndose más calmado.

—Te llevas el primer puesto a gritos de niña, Abrahamie. —Le dijo Taehyung al rubio entre pequeñas risitas, Jeongguk limpió el resto de sus lágrimas con sus pulgares.

—¡Oigan! Fue lo primero que se me ocurrió. —Se quejó Abraham quitándose los fastidiosos lentes de contacto que comenzaban a irritarle los ojos, la gorra aún seguía intacta cubriendo su cabello. —Si disparaba entonces Gguk y yo terminaríamos muertos así que decidí llamar la atención.

—Buena jugada.

El rubio le sonrió a Jeongguk asintiendo, el ambiente era cómodo y agradable hasta ahora. El sonido de los arbustos moviéndose los pusieron en alerta, el tatuado de inmediato escondió a Taehyung detrás de él y sacó la navaja que guardaba en su bota. Abraham también sacó el arma de su pantalón apuntando hacia el lugar.

—¡Wow, wow! ¡No me disparen! ¡Soy de los suyos!—Las risas histéricas de Seokjin resonaron por el lugar, Jeongguk y Abraham siguieron apuntando recelosos por el esquizofrénico.

—¿Qué mierda eres tú?

—¿No sabes quién soy?—Puchereó el estudiante acercándose poco a poco, Taehyung miraba por encima del hombro del mercenario. —¡Soy fan de tus vídeos! ¡Gran asesino a sueldo, eh!

—¿Qué haces aquí, Seokjin? Jimin...te tenía. —Habló el pelirrojo con esfuerzo, Jeongguk y Abraham fruncieron el ceño sin comprender lo que sucedía.

—Escapé del imbécil de Park, bueno, en realidad de su primito pervertido.

—¿Lo conoces, muñequito?—Jeongguk miró de reojo a Taehyung esperando su respuesta, el chiquillo asintió y hizo el ademán de responder pero Seokjin se adelantó.

—¿Que si me conoce? Por supuesto que sí, estaba a nada de ser su novio en la preparatoria.

Abraham le miró con desconfianza, en ningún momento dejó de apuntarle.

—¡M-Mentiroso!—Refutó Taehyung escondido detrás de Jeongguk. —¡Tú querías hacerme daño! ¡Mentiste!

El mercenario miró al estudiante de manera gélida, Seokjin se sintió intimidado.

—Es mejor que te largues ahora antes de que te arranque la cabeza con mis manos, Seokjin. —Amenazó Jeongguk acordándose instantáneamente del nombre del estudiante. —¿Por qué diablos intentaste dañarlo?

—¡Eres la primera persona que no me llama esquizofrénico de mierda!—Exclamó Seokjin con una felicidad dramática, al mercenario ni Abraham parecía hacerles gracia los comentarios del estudiante. —Yo sólo quería tener a Taehyung, él que me tratara como una persona real me hizo sentir tanto.

—Espero que hayas cambiado esa idea porque no dejaré que le toques ni un jodido cabello.

—Y no lo haré. Estoy con ustedes, Jeongguk.

Una vez más las cosas se ponían de una manera tan rara pero era mejor tener aliados que más enemigos en la lista.