Ansiedad

18 0 0
                                    

Todo empieza a ir realmente mal cuando empiezo a temblar, en ese momento se que voy a perder el control.
Cuando siento como se me duermen las manos o incluso las piernas.
Me mareo, me cuesta respirar, me late el corazón a ritmos inimaginables. Siento como si estuviera perdiendo la conciencia, poco a poco, como si no fuera consciente de nada que no sea el dolor. 

En ese momento sé que ya está otra vez. Que he vuelto a caer.
En ese momento pasan cosas que, sinceramente, no me atrevo a confesar.

Es una mierda, una mierda muy grande. Aparece cuando menos me lo espero, por las cosas más insignificantes. ¿Me empujan? Ansiedad. ¿Digo algo que no debería? Ansiedad. ¿Estoy preocupada? Ansiedad. ¿Se me rompe una botella de cristal en medio de clase? Ansiedad. ¿Me gritan? Ansiedad. ¿Me regañan? Ansiedad. ¿Suspendo un examen? Ansiedad. ¿No entiendo algo de una clase? Ansiedad. 

Grito a todo el mundo, lloro. Soy tan inestable que ni yo misma me entiendo. Pero creo que ponerle nombre ha sido un gran avance para mi, por lo menos ahora sé que hay más personas que sienten lo mismo que yo y están pasando por lo mismo y eso me reconforta. 

Me siento débil, muy débil. Como si el más simple soplo de viento fuera a derrumbarme. Como si no pudiera sostenerme en pie. Me tiemblan las manos. Y me jode, porque me hace parar. Me hace que no pueda seguir con mi día a día. 

Pero sabes que, esto me ha enseñado que tengo que pararme. Que soy humana y no puedo dar siempre todo de mi. Que puedo fallar y que no soy perfecta. Y que cuando esto pase no tengo que intentar seguir como si no ocurriera nada, porque sí ocurre. Tengo que pararme, respirar. Y si tengo que estar varias horas, incluso un día sin hacer nada, lo estoy. Porque no soy una máquina programada para ser siempre eficaz, porque tengo mis problemas y no puedo evitarlo. 

Mi mundo, mis reglasWhere stories live. Discover now