Veronica Chase (mas conocida como Ronie), una chica aparentemente normal, a quien siempre le encantó las historias sobre criaturas sobrenaturales.
¿Qué pasaría si al cumplir los 16 años descubre que ella forma parte de ese mundo? ¿Podrá con todo lo...
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Ronie: La alarma empezó a sonar indicando que mas un día de escuela empezaba, en realidad era mi ultimo día de escuela en la ciudad de New York, mi madre y yo nos mudaremos a una pequeña ciudad llamada Magicdale, nombre curioso ¿no?
No es una novedad para mi mudarme de ciudad, pues lo hacemos continuamente (cada 1 año para ser exactos), aunque esta vez estaba algo triste por mudarme, ya que aquí en esta ciudad fue la primera vez que logre hacer un amigo, llamado Tom.
Soy una chica muy cerrada y con gran desconfianza hacia las personas, no intento caerle bien a nadie ni tampoco trato de que alguien me caiga bien a mi, la verdad es que no entiendo muy bien porque soy así, creo que simplemente es que al conocer a alguien si no siento una conexión con esa persona no puedo confiar en ella, por lo tanto no seré su amiga.
Se que suena extraño pero puedo sentir cuando una persona será mi amiga o no, mi madre dice que es de familia pues ella también es así. Con Tom fue una de las pocas veces que sentí una conexión de amistad al conocerlo...
~Inicio del Flashback~
Estaba caminando por los largos pasillos de mi nueva escuela, buscando mi casillero, cuando de repente veo a un grupo de chicos altos y con chaqueta del equipo de futbol molestando a otro mas pequeño.
~ Los típicos idiotas que se creen superiores solo por ser atletas ~ pensé poniendo los ojos en blanco, no quería meterme pero no soportaba ver como molestaban a ese pobre chico, así que fui a donde ellos se encontraban.
- Voy a contar hasta tres, si no me das todo el dinero que traes contigo voy a darte un golpe que nunca olvidarás en tu vida - dice uno de los bravucones mientras que los demás reían a carcajadas.
- Ya te dije que no tengo dinero, déjenme en paz idiotas - dice el chico abrazando con fuerza su mochila.
- Ahora veras hijo de perra - dice el idiota ese, cerrando con fuerza su mano derecha lista para darle un puñetazo al chico.
- ¡Oye que rayos crees que haces idiota!¿Piensas que molestar a alguien te hace ver mas machito? Eres patético - exclamo enojada.
Los tres gorilas me miran asombrados, entonces el mas grande me responde con una sonrisa maliciosa- Oye preciosa, porque en vez de meter tu linda naricita aquí no vas a maquillarte o algo? Ya sabes, vete a hacer lo único que las mujeres deben hacer-.
~ ¿Que es lo único que las mujeres debemos hacer? A no, ahora si es personal ~ pensé. - Déjenlo en paz ahora y lárguense si no quieren meterse conmigo - respondí con rabia.
Entonces todos se empiezan a reír y me responde -¿Qué tanto podría hacer una muñequita como t...- Antes que logre terminar su pregunta le planto una patada en la entrepierna y luego un puñetazo en el rostro.
Gorila número uno cayó al piso y se coloco en posición fetal quejándose del dolor, miro entonces a los demás gorilas con una mirada amenazante - y ahora ¿quién sigue?- digo crujiendo los dedos.
Los gorilas con una mirada de pánico abandonan a su amigo y salen corriendo -Oigan espérenme, no me dejen aquí - dice gorila número uno apenas levantose para correr torpemente atrás de ellos.
~Ahora ya no se ven tan amenazantes ¿cierto?~ pienso soltando una risita, luego miro al chico que me observa asombrado y me dice -¿Dónde aprendiste a golpear así? ¡Eso estuvo genial! Muchísimas gracias por defenderme, ya estoy hasta la coronilla con esos cavernícolas-.
- No me lo agradezcas, creo que esa es una actitud que deberíamos tomar todos cuando alguien esta en problemas ¿no?-
- Tienes razón, pero nunca antes alguien me había defendido- dice el chico tocándose el cabello con nerviosismo- Por cierto, me llamo Tom Collins- pronuncia extendiéndome la mano con una sonrisa.
- Veronica Chase, pero puedes decirme Ronie- en ese instante tome su mano y sentí una corriente eléctrica, desde ese momento supe que nos convertiríamos en mejores amigos.
~Fin del Flashback~
No sabía como le diría a Tom que me mudaría, pero ya no podía retrasarlo mas, me levante finalmente de la cama y me fui al baño a tomar una ducha, salí y me puse una camiseta de color negro, unos pantalones negros rasgados y unas converse negras, ¿hay alguna duda de que mi color favorito es el negro?. Bajo entonces al comedor donde se encuentra mi madre
-Buenos días cariño, ¿cómo amaneciste?- me dice con una gran sonrisa.
-Buenos días mamá- devolviéndole la sonrisa, mi madre es lo mejor que me pudo pasar, no se que haría sin ella, aunque me crió sola nunca dejo que sienta la falta de una figura paterna, siempre me dio todo el amor que podía y mas, la admiro con todo mi corazón, ella es una guerrera.
-Te noto algo triste, es porque no quieres dejar a Tom ¿verdad?-
- Sabes que no puedo mentirte mamá, nunca tuve problema en que nos mudáramos siempre pero no puedo evitar sentir tristeza al dejar a mi único amigo- digo cabizbaja.
Mi madre me toma de la mano y me dice -Te entiendo cariño y lo lamento tanto pero sabes que debemos mudarnos, quien sabe si las cosas salen bien volvamos algún día a Nueva York-
-Espero que si- empiezo a desayunar y cuando termino recojo mi mochila, le doy un abrazo a mi madre y me voy a la escuela. No estoy preparada para despedirme de Tom, espero que no se enoje conmigo al darse cuenta que hace mucho podía haberle dicho lo de la mudanza pero nunca tuve el coraje.
