Capítulo 26: Destino decidido

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–Nadie es tan brillante cuando depende de otros, y él necesita a mucha gente que colabore con él o que sean sus víctimas.

Sofía apretó  los puños. Claro, ahora veía con claridad que solo había sido un trozo de camino, pero en su momento no era tan evidente, porque Adán llegó a ella por accidente cuando ya tenía un buen trabajo, pero después de ser su novio tuvo acceso directo a un mundo un poco más exclusivo, donde usó sus estrategias para terminar trabajando para Carmen Basaure y comenzar su ascenso. Seguro que San Román era su siguiente escalón, pero a ella no la envidiaba, más bien deseaba que fuera más inteligente que él y lograra hacerle algún tipo de daño, o al menos distraerlo lo suficiente como para evitar que se diera cuenta de su presencia.

–Quiero estar presente.

– ¿Qué?

–Me refiero al momento –respondió ella con convicción– quiero estar allí, cuando Adán caiga. No me importa que sea específicamente lo que logremos, pero quiero estar viéndolo a los ojos cuando caiga, quiero que me vea decirle con la mirada que eso es por lo que me hizo, porque herirme no es gratis como siempre creyó.

Miguel sonrió.

–Vas a estar Sofía. Tú y yo vamos a estar ahí, juntos viéndolo desplomarse, te lo aseguro.

Pilar estaba en casa de Margarita decidiendo qué iban a hacer en la celebración de año nuevo.

–Ay amiga, y yo que pensé que a mi amado le iba a parecer fatal lo de trabajar para estas fiestas, y me sale con que quiere  una reserva para todos sus amigos de trabajo.

–Excelente, eso quiere decir que no tendrás que vigilarlo.

Las dos rieron alegremente, mientras Margarita servía café para ambas.

–Estoy tan contenta con el éxito que ha tenido el Morlacos –comentó– es como si hubiéramos nacido para hacer este restaurante, ¿no  crees?

–Es verdad, yo tampoco creí que funcionara tan bien: imagínalo, ahora atendiendo a tiempo completo, y con reservas copadas para fin de ciclo. Es estupendo.

–Y las ganancias amiga. Oh, hay un vestido que creí que nunca podría comprar y ahora solo tengo problemas de tiempo para ir por él; a todo esto, supongo que sabes que te tengo en mi exclusiva lista de invitados a la celebración de  Navidad.

– ¿Pero en qué momento mujer?

–A la hora de almuerzo por supuesto –contestó Margarita como si fuera obvio– perfectamente nos podemos escapar, yo dejo todo adelantado y tú... tú eres la jefa, así que está todo listo.

–Te lo agradezco...

Pero su amiga la interrumpió haciéndola callar.

–Shhhtt. Ni siquiera pienses en inventar alguna excusa Pilar, estás  con nosotros en el almuerzo y se terminó el tema.

Pilar asintió agradecida; tener no solo a Margarita sino que a su familia como la propia era más de lo que podía esperar de la vida. De pronto sonó su teléfono móvil.

La traición de AdánWhere stories live. Discover now