1

6.5K 208 56
                                    

Asustada, impactada, nerviosa, no tenía idea de que hacer, se las habían llevado, estaba sola, pero yo sabía muy bien que de hecho no lo estaba, alguien me tenía planeada una mala noche, una muy mala noche. Lo que hoy sería una reunión de amigas, terminaría siendo una pesadilla sin ellas. Aunque podría apostar que tampoco la estaban pasando muy bien. Ellas ya no estaban, desaparecieron, pero yo mejor que nadie se que la tierra no se las trago, alguien estaba detrás de todo esto y daría todo lo que tengo por no saber quién es y despertar ya de este sueño.

—Dime qué quieres y te lo daré, ¡pero ya basta! —supliqué—. No hieras a nadie, por favor, te lo imploro —pido entre sollozos. Aterrada, sin más que sentir; temor, miedo, preocupación y un sin fin de preguntas que me atormentan cada segundo en esa habitación.
Para este momento estaba parada en mi habitación, buscando en mi cabeza una idea, algo que me salvara y salvara a mis amigas. Pero no puedo, estoy bloqueada, el saber que ya no tengo forma de huir ni de salvarme no me deja pensar en nada más aparte de que es el fin. Sin nada mas en mi cabeza, mis instintos traicioneros fueron los siguientes en actuar llevándome fuera de la habitación con pasos sumamente lentos y silenciosos. Sin dejar de mirar a mi alrededor me limité a seguir caminando y a tomar la primera cosa que podría usar como arma ante cualquier ataque inesperado, y esta resultó ser un palo de escoba, sin atributar ninguna queja, lo aferre a mi mano dejando que mis nudillos se tornaran de un color calcio y mi respiración se convirtiera en un desafío de controlar. A paso lento y a miradas recorriendo cada espacio y esquina que me rodeaba, paseaba por cada habitación buscando algún objeto o algo sin duda alterado, pero todo está en su estado habitual. Bajando las escaleras, pretendo mantener el control, pero la adrenalina en mí aumenta, y por cada escalón que queda detrás de mí, el terror se apoderaba de cada uno de mis sentidos.

—se que me oyes, y aprovechare eso para advertirte que esta es tu ultima chance de soltarlas y salirte de aquí. —mi voz es un murmullo asustado y tembloroso. Algo en mi me advierte que esa no fue la mejor manera de amenazar a alguien. Al llegar al último escalón doy una mirada fugaz a mí alrededor, y coloco el palo en una posición que parece estar preparado para arrasar todo con un <<touch down>>. Y justo cuando creo que por el momento me he salvado una voz ronca y masculina me hace querer chillar del susto, pero jamás me dejaría llevar por esa niñada.

—Lista, pero no tanto— ríe y yo tan rápido como puedo volteo tomando el palo aun más fuerte. Al verlo me doy cuenta de que no es un hombre mayor, por el contrario, parece ser un joven y bastante guapo.

—tu quién diablos eres—pregunto yo exigiendo una respuesta con un gesto que lo examina de arriba a bajo, no entendía nada, ¿qué quería? ¿Que tenía yo que él quisiera en esa casa? ¿Y para qué? ¡Tyra, deja las preguntas maldita sea!

—Ruda, me agrada — dice con un tono que haría a cualquiera suspirar. ¿Qué? Ese tipo esta dentro de mi casa y yo pienso esas mierdas. - deberías tener cuidado con esa cosa, te podrías lastimar- Dice riendo

—imbécil. —me atrevo a murmurar y el reacciona.

—yo no empezaría el juego de esa manera— dice negando con la cabeza y mirándome directamente, rayos, tiene unos ojos muy lindos, parecen faroles azules y más bajo la oscuridad... ¡Tyra!

— ¿así que esto para ti es un juego? ¿Qué te crees? Que por tener un bonito rostro yo "jugaría" esto contigo después de que te llevaras a mis amigas.

—con que crees que tengo un lindo rostro —Maldición.

—si, si. Conserva lo último que te queda de dignidad antes de que te arranque la cabeza con este palo- le digo aferrándome aun mas al palo.

—vaya, ni siquiera yo me atrevería a decir eso -dice sacando de su bolsillo trasero algo, durante un mili segundo, rece porque no fuera lo que creí que era. Pero tenía razón, lo era. Un arma, jamás había visto una en mi vida, y desearía que esa no hubiese sido la primera vez. Sentí que mi corazón dejaba de latir y mi respiración ya era muy entrecortada, nada podría calmarme ahí entonces. Dejando que mi mirada haga un vaivén entre su rostro y su arma, noto que el esta sonriendo, sabe muy bien que mi única opción para sobrevivir es rendirme, o del contrario su arma acabaría conmigo. Rendida, mi mano se afloja, dejando que el palo resbale de esta y caiga al suelo. No logro percibir el sonido de la caída, solo puedo ser capaz de observar, lo que temo que sería mi fin.

—Eso creí —dice el estrechando su sonrisa.

—Dispara ya si eso tienes en mente —digo tomando lo último de valor que me queda. El no responde, yo eso me hace cerrar los ojos. Pero siento sus pasos acercarse a mí.

—No te mataré— dice él, y un alivio invadió parte de mí, pero los nervios aun seguían presentes. El se acercaba y yo retrocedía por cada paso que el daba. Jamás me quito la mirada de encima y eso no me agradaba. —Puede que no te mate pero si crees que eso te hace libre pues te equivocas. —me dice con una sonrisa maliciosa que me intimida. No respondo, yo solo sigo dando pasos hacia atrás y aunque quisiera seguir caminando hacia atrás, una de las paredes me lo impiden y yo quedo pegada contra ella, pero lo peor es que el jamás se detuvo de caminar. Mientras más cerca se encuentra más nerviosa me pone. Oh dios ¿Qué quieres de mi?

— ¿Qué harás conmigo? —Digo cuando el termina acorralándome. No tengo escapatoria, saber que su arma persiste en su mano me inquieta pero eso se convierte en un simple detalle cuando noto que puedo sentir su respiración y su aroma. Ante eso no se que me intimida mas, su cercanía y sensualidad o forma amenazante de explicarme que me hará daño.

—No haré nada a menos que hagas algo para huir o perjudicar mis planes — ¿Por qué habla de esa forma tan… seductora? Trago, y el nota mi acción, cosa que provoca que su sonrisa se ensanche y me haga bajar la mirada hacia su boca. Me reprocho por eso nuevamente. —Ahora te vendrás conmigo y no dirás ni mu, ¿oíste? —Exige tomándome del brazo bruscamente y jalándome hacia él. Asiento con la cabeza intentando mantener la compostura. Gruñe y suelta un “bien” para proseguir a jalarme en camino hacia la puerta de salida y cuando alcanzamos la puerta el tapa con una mano mi boca presionándome contra él y con su otra mano abrirla y cerrarla cuando ya estamos fuera, me hace caminar pegada a el pero su apretón comienza a doler y yo intento deshacerme de su agarre, pero él no me deja, por el contrario, me sujeta aun mas fuerte todavía, y yo no evito soltar un gemido de dolor antes de seguir caminando. Sin estar segura de poder seguir aguantando hago lo primero que mi cabeza manda y le muerdo la mano, haciéndolo soltar un gruñido bastante fuerte y de paso soltarme a mí. Por fin siento que mi rostro respira. Y tanto me suelta comienzo a correr desesperada. Mirando hacia atrás y hacia adelante.  Unos metros más adelante veo como el  comienza a correr detrás de mí. ¡Rayos, rayos, rayos! Su rostro detona furia. Lo he enfadado. Al ver mi error comienzo a correr aun mas rápido, pero es infalible, el es más rápido que yo y cada vez se acerca más. Cuando está a punto de alcanzarme entro en pánico y suelto un grito, pero él me vuelve a tomar contra él y tapa mi boca y yo desesperada por haber fallado intento liberarme otra vez y continuo gritando, todo se vuelve en vano cuando siento un fuerte pinchazo en mi cuello. Mis nervios aumentan y yo consigo ponerme más nerviosa aun. ¿Qué me hizo? Grito y grito contra su mano pero noto que mis rodillas no aguantan, estoy mucho más débil que antes y me voy cayendo, pero el aun me sostiene contra su pecho, las lagrimas no tardan en salir, y todo se oscurece.  Sin fuerzas y dejo de luchar y me rindo cerrando los ojos, caigo en la calma de un profundo sueño

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 01, 2014 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

secuestradaWhere stories live. Discover now