𝒅 𝒐 𝒔

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Valentín.

—No sé boludo, es un montón...

—Amigo, ni cabida, el pibe en la que nos puede tratar mal lo hace, y como a Manuel le cae bien nunca le hicimos nada, pero ya se lo merece.

Mauro y Alejo estaban intentando convencerme de concretar el plan que hicieron, sabiendo que Daniel es gay y yo soy bisexual, quieren que lo haga enamorarse de mí mientras hacemos el trabajo práctico, y cuando este termine, le digo la verdad y lo dejo, me sonaba demasiado cruel pero ellos tenían razón, él siempre nos trata como el orto y no le podemos decir nada, ya fue, no va a ser tan difícil, además Ribba es lindo.

—Bueno, dale, lo voy a hacer.

Mauro y Alejo sonrieron.

—Hola, Dani. —Él nombrado levantó las cejas sacándose los auriculares. —Escuchame, vine re mal el otro día, necesito hacer bien este trabajo porque tengo un buen promedio que no quiero perder, ¿podemos, por favor, intentar hacerlo en paz? Son tres meses nomás, después podés no hablarme nunca más en tu vida. —Yo lo miraba con un puchero intentando ablandar su corazón, pero pareció no funcionar porque no hizo ni una mínima mueca.

—Sí.

—¿Sí? —Dije sorprendido, eso fue más rápido de lo que esperaba.

—Sí, está bien. Pero tiene que ser en tu casa.

—¿Por qué no en la tuya?

—No se puede. —Dijo y cuando estaba por responderle, se volvió a poner los auriculares.

—¿Y qué onda? —Dijo Mauro cuando me vió caminar hacia ellos.

—Dijo que sí. —Mis dos amigos aplaudieron.

—Bueno, es todo tuyo, apostemos, ¿cuánto tarda en caer como un boludo? Yo digo que un mes. —Dijo Alejo.

—Nah, yo digo que hasta que se termine el trabajo. —Retrucó Mauro.

—Yo digo que a la mitad del trabajo ya está re muerto por mí. ¿Qué apostamos?

—El que gana pone la casa para todas las juntadas.

—Uh, hijo de puta, es lo peor eso.

—¿Aceptan?

Alejo y yo asentimos y los tres juntamos nuestras manos.

—¿Qué apuestan? —Dijo Manuel entrando.

—De Valen y—

—Nada amigo, te guardé el lugar, andá a dejar la mochila. —Interrumpí a Mauro, Manuel me hizo caso y yo hablé de nuevo. —No quiero que Manuel se entere de esto, ya saben como es. —Sí, buena persona, dijo mi cabeza.

Las clases pasaron con normalidad, estuve todo el día pensando en lo que iba a hacer, mi cabeza me decía que estaba mal, pero es un poco de diversión, además Ribba necesita una lección de vez en cuando, lo miré un segundo y él estaba mirando con atención al profesor, si veo que las cosas se me están yendo de las manos paro la apuesta y listo, no es para tanto, seguro que hice cosas peores.

El timbre de final del día sonó haciéndome levantar mi mochila y topandome con Ribba a mitad de camino.

—¿Dónde vivís?

—Pasame tu número y te digo.

—No necesitas mí número, me sé guiar, decime. —Yo bufé por lo difícil que era Daniel, se iba a hacer largo que se encariñe conmigo, aunque mis encantos van a ayudar bastante, le dí mi dirección y le dije que arrancabamos mañana porque hoy no podía, él asintió y se fue.

—¿Al final van a hacer el trabajo juntos? —Preguntó Manu.

—Sí, aceptó al final.

—Me alegro, capaz hasta llegas a conocerlo mejor, yo me estoy hablando con Mateo y dice que Daniel es re buenito.

—¿Y cuando me ibas a contar, pedazo de gato, que te estás hablando con el nuevito? —Dije molestándolo.

—Hablamos nomás moño, seguro ni es gay, qué se yo, es re copado también.

—Bueno, decile que pase los recreos con nosotros.

—No creo, dice que vió toda la atención que recibimos en los recreos y no le gusta. —Yo sabía que a Manuel tampoco le gustaba, la fama era mía, pero mis amigos por consecuencia también eran buscados, a Manu le gustaba más el anonimato mientras que Mauro y Alejo disfrutaban de los beneficios de ser mis amigos, a veces demasiado.

Manuel y yo éramos amigos hace muchísimo tiempo, casi desde que nacimos, siempre fuimos vecinos y desde que tengo uso de razón hacemos todo juntos, Mauro y Alejo llegaron bastante despues, hace unos pocos años, cuando yo ya era más conocido en el colegio, eran mis amigos pero no confiaba en ellos como lo hacía en Manuel, Manu sabía mis secretos más grandes, mi verdadera cara y toda mi vida.

Llegué a mi casa después del largo día de colegio, pensando en el plan de enamorar a Daniel, no sentía que estaba bien lo que estaba haciendo, pero tampoco quería quedar como un cagón con Alejo y Mauro, ¿y si mí mamá se entera? no, pará, no voy a ir tan lejos, no sé, capaz un par de besos, cogermelo y nada más, tampoco voy a bardear tanto... Pero aposté enamorarlo y dejarlo, poner la casa para todas las juntadas era una pesadilla, iba a tener que hacerla completa, si la voy a hacer la voy a hacer bien.





hola bombonesss como andan?
los caps acá van a ser más cortos xq sino van a ser poquitos y la quiero larga ndeaa
voten y comenten y gracias x leer💘

trust ; wosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora