"De cuando el murciélago y el demonio se encontraron"

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La escena no debía ser diferente de ninguna otra escena del crimen presenciada antes, sangre, sadismo y muerte, eran cosas que el enmascarado de Ciudad Gótica veía a diario y aun cuando le repugnaban ya no le impresionaba como antes.

Sin embargo, había algo en este crimen en específico que le alteraba los nervios, no era ignorante en los métodos de la magia y si de algo estaba seguro era de que había hechicería involucrada aun cuando físicamente no hubiese prueba alguna que la involucrara.

Por eso es que para su pesar se vio en la necesidad de llamarlo y ahora se veía en la necesidad de controlar el latido desbocado de su corazón al verle emerger de la bruma que el frío de la noche siempre formaba a su alrededor, con el infaltable cigarro a medio consumir en los labios y la gabardina ondeando tan despreocupada y altanera como su dueño.

Hace años que había decidido sacar al hechicero de su vida y aun cuando era cierto que no lograba olvidarlo, no pensaba retractarse de su decisión.

-¿Para qué diablos me has llamado a estas horas de la noche Batsy? No tengo tiempo para perder, las leyendas siempre se meten en problemas cuando no estoy cerca.

Y justo cuando el detective se proponía calmar las ganas de golpearlo y explicarle lo que sucedía pudo notar el cambio en la expresión del nigromante al observar a detalle el crimen por el cual le hubo llamado. Toda burla en sus labios desapareció e ignorando por completo al encapuchado Constantine se arrodilló junto al cuerpo comenzando a examinarlo como siempre solía hacerlo, con los ojos de alguien capaz de ver más allá de la evidencia física.

Después de algunos minutos de observación intensa y palabras inentendibles que Batman suponía eran alguna clase de hechizos, John finalmente se dignó a mirarle de nuevo con una expresión aún más sombría que antes.

-¿Han capturado al responsable ya?

Batman sabe que John no espera una respuesta afirmativa, pero aun así se limita a explicar cómo su hijo, Robin se corrige, fue quien encontró el cuerpo y como al notar ambos que algo no estaba bien, prefirieron llamarle a él antes que al comisionado Gordon, le advierte también que no podrá detener más tiempo la intervención policiaca y exige, como siempre que algo así ocurre en su ciudad, que le dé una explicación de qué demonios está ocurriendo.

-No puedo decirte más de lo que ya sabes, este crimen no fue cometido por un simple humano, pero si el ejecutor es quien yo creo que es, entonces estamos en un problema más grande que un simple asesinato, cariño.

Constantine procede a explicarle que deben desaparecer ese cuerpo, si la policía se involucra antes de que él sepa cómo lidiar con el problema muchos más morirán a manos de la criatura cuya identidad aún se niega a revelar, Batman se niega, no le gustan los métodos del nigromante aun cuando no puede negar su efectividad, sin embargo es justo cuando una pelea entre ellos comienza a nacer, la cual probablemente acabe con alguno de los dos arrinconado contra la pared mientras se comen la boca, que una tercera voz interviene.

-Y es justo por eso que es mejor trabajar junto a los policías que contra ellos ¿No lo cree así detective?

Batman puede percibir exactamente como cada músculo en el cuerpo del rubio se contrae ante el reconocimiento de aquella seductora voz e ignorando el aguijonazo de celos se dispone a analizar con cuidado a la pareja que acaba de llegar a su encuentro y que poco o nada parecen sorprendidos ante la situación. El atractivo hombre de negros cabellos y presencia avasalladora no aparta la mirada de Constantine que por el contrario parece reacio a encontrarse con la misma, mientras que la mujer igual de hermosa pero con una cabellera rubia como el sol le observa en silencio y con la actitud de quien se sabe lista para entablar una confrontación.

-Soy la detective Chloe Decker del departamento de policía de los Ángeles y aunque no lo crea estoy bastante familiarizada con este tipo de situaciones.

La siguiente media hora consistió en una retahíla de explicaciones inverosímiles donde al parecer el hombre de cabellos negros era algo así como el diablo, o se creía el diablo, honestamente no quería saber, porque intentar entender ese mundo solo le causaría una migraña mucho más intensa de la que ya tenía.

Fue claro respecto a que no le importaban sus juego mágicos. Lo único que le interesaba era que capturaran al asesino y así evitar más muertes innecesarias, pero por supuesto, como era de esperar, Constantine tenía otra cosa en mente.

-No pienso involucrarme. Si Morningstar y la detective "No pertenezco a este universo sólo estoy aquí como préstamo temporal" dicen que se harán cargo del caso, yo ya no pinto nada aquí.

Y en el preciso instante que Batman observa cómo uno de los tan conocidos portales del rubio se abren para llevarlo lejos de allí, a su querido Londres, es que por fin el autodenominado Lucifer se digna a dirigirle algo más que miradas penetrantes.

- Ella piensa darte la absolución.

El caballero de la noche no sabe exactamente qué significa eso, pero es lo suficientemente hábil para darse cuenta que es importante, pues Constantine se detiene por completo de su huída y le dirige una mirada al hombre en la que claramente se lee un "¿De qué demonios estás hablando?"

-Madre ha dicho que perdonará todos tus pecados si logras detener a aquel que ha cometido este crimen.

La expresión de Constantine es digna de un retrato. La perfecta amalgama de incredulidad y esperanza mezcladas con repudio infinito y resignación, es la expresión de alguien que sabe no podrá negarse a una petición como aquella del mismo modo que la expresión de Lucifer, cuyos labios sonríen con soberbia, es la de alguien que sabe ha ganado una batalla.

Por otro lado, Batman solo atina a repetirse  a sí mismo con fastidio lo mucho que odia la magia.

SacrilegioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora