Siren ®

~4~

Y todos los océanos, todas las montañas, los arcángeles, la gente, las flores, todo se reflejó en sus ojos

Ahora todos lo conocían como "El que ayudó a capturar a la sirena". Pero ni todo el dinero del mundo lograría sacarle la angustia que ahora residía en su pecho.

Las noches en vela se hacían largas, al recordar el llanto de Hanae desde la gran pecera en la que la exhibían desde hace ya varias semanas. Y aún le dolía más, que su llanto cesara al encontrarse con su mirada.

Pues ni la peor tortura del mundo podría hacer que su corazón lo olvidara. Ella lo amaba incondicionalmente, y el, aunque todavía no se había dado cuenta, sentía lo mismo.

Las burlas de los niños hacia sus escamas y su cola le dolían más a el, que se ocultaba tras un pilar para martirizarse con el llanto de la hermosa mujer. Cosa que provocaba una mayor diversión en los espectadores que disfrutaban del sufrimiento de aquel raro espécimen.

A pesar de que Saúl se repetía una vez tras otra, que necesitaba el dinero, si no quería que lo deshauciaran. No dejaba de recordar que ahora, la que no tenía hogar era la pobre muchacha que robaba sus suspiros.