52. Domingo

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(Cambio de narrador)

¿Mi esposa es bella desayunando? Sí. ¿Sus palabras me han hecho pensar? También.

- ¿Has desayunado?-. rompe el silencio y le vuelvo mi mirada.

- Sí, tranquila-. Creo que he sonado tenso.

- Me excitas cuando piensas sin hablar-. Comenta.

- ¡Mama!-. oímos a Fede entrar a la habitación. -Me he pasado el nivel-.

- Muy bien, cariño-. Le felicita. -Ve al salón ahora irá papi a jugar con vosotros, ¿sí?-.

- Vale. Te quiero-. Le dice y le da un beso y a mí otro.

- Más mini-Pablo imposible-. Comenta dejando la servilleta en el plato.

- ¿Algo más?-. le ofrezco.

- Besos-. Susurra apartando la bandeja y tirándose por mí.

Río al sentir su cabeza en mi hombro.

- Eres... lo mejor que me pudo pasar-. La beso sin previo aviso y se sonríe.

- ¿Entonces, dónde colocamos a Terral?-. me mira y me toca el pecho.

- No sé-. Le respondo. -Se supone que hoy tenía que regalarte sonrisas, de verdad, no sé por qué me he puesto a reprochar-. Aclaro.

- Pablo-. Me llama ella. -Pablo, mírame-.

- Dime-. Le miro a los ojos.

- El día de la mujer, amor mío, pasa todos los años. Tú, pues mira, has querido llorar hoy-. Me calma. -Y no te hagas el fuerte, yo estaré contigo en las buenas y en las malas-.

- Papi, ¿podemos jugar afuera en el jardín? Es que me aburro-. Nos interrumpe Sara desde la puerta.

- Claro que sí. Ahora sacamos la cocinita fuera y voy a tu bar-. Le respondo.

- Anda, ve-. Sonríe mi esposa. -Te van a extrañar-.

- Chica, no hables de eso, que me pongo mal-. le digo sarcástico cambiando de playera.

SUEÑO. [Pablo Alborán]Where stories live. Discover now