Continuación de A 3 metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti - Federico Moccia

Sin poder dormir.

EL sol entra caprichosamente por la ventana, como queriendo sacarme del más profundo de los sueños. Otra vez he soñado con Step, como es posible que no pueda dejar de lado todo esto. He tomado una decisión y sin embargo, vuelve cada noche a atormentarme y estrujar mi corazón, en sueños repito una y otra vez esa última noche juntos, fue hermoso pero a la vez tan doloroso. No podía volver a intentarlo, ya me había dolido bastante, ya me había marcado tanto y aun necesitaba tan desesperadamente sentir su piel, tocar el cielo una vez más que no me importo que me vieran, que no me importo traicionar la confianza de Lillo.

Siento tanto pesar, tanta tristeza junta y sin embargo he seguido con los planes de la boda. No podría darle este nuevo golpe a mi madre. Todo se está derrumbando bajo nuestros pies y me siento tan sola.

Vuelvo a girar en la cama y pongo una almohada sobre mi cabeza, no queriendo despertar. Simplemente queriendo continuar ese sueño que me mantenía viva, feliz, flotando a tres metros sobre el cielo.

El ruido de la puerta y sentir que mi hermana sin perder la costumbre se abalanza sobre mí en la cama y definitivamente me despierta, alejando de mi lo que quedaba de ese maravilloso recuerdo.

-Vamos Babi despierta, recuerdas que me tienes que acompañar a mi primera eco. Que emoción!!- Dice. Miro a Daniela ella está ahí, con una enorme sonrisa llena de emoción. Ella definitivamente no se ha dado cuenta de que esta por traer a un niño al mundo, en su inocencia esto es como un juego para ella. La quiero tanto, nunca va estar sola yo estoy para ella como ella siempre ha estado para mí.

Lentamente me desperezo.

-Lo sé, Lo sé - digo con un poco de fastidio -para de hacer tanto escándalo y me vestiré en unos pocos minutos.

-Oye Babi, Que te pasa? Te ves descompuesta - pregunta fijando la mira en mí.
-Estoy bien, solo que algo de lo que comimos anoche no me cayó bien - le digo con cierta indiferencia, mientras fijo la mirada en el placar intentando recordar todo lo que comí en la cena, no recuerdo nada que pudiera haberme caído mal.

Entro al baño, siento tal malestar que apenas me da tiempo de llegar al inodoro y expulsar con fuerza todo lo de la cena, la merienda y algo más.

Definitivamente no volveré a pedir pescado la próxima vez, el solo hecho de pensar en ello hace que lo poco que había quedado en mi estómago salga bruscamente de mí.
-Estas bien?-Pregunta Daniela, dando suaves golpes en la puerta.

-Todo bien, solo algo que me cayó mal - le digo sin querer preocuparla, no necesita otra cosa en que preocuparse, mientras pienso que quizás sea oportuno aprovechar su consulta y hacerlo yo también, no querré estar mal para la boda ya solo faltan 2 meses pienso con tristeza, miro mi pálido rostro en el espejo tantas noches en vela están causando estragos en mí.