Capítulo 8: En lo aterrador y lo profundo.

Start from the beginning
                                    

Después de una jornada laboral bastante ardua, Liam se tenía merecida una noche en la que nadie le molestara sus planes de tomar una siesta que perdurara hasta que sus fauces y sistema inmunológico reaccionaran.

Tomó el pantalón de su pijama y sin colocar ropa en su torso, se recostó cerrando los ojos y disfrutando la calidez de su cama. Inspiró profundamente y sonrió exhalando un fuerte suspiro. Se sentía tan calmado.

Pero esa calma no duró mucho, a penas el sueño comenzaba a ejercer fuerza en él, su estridente y fastidioso celular resonó en toda la habitación. Por un momento lo dejó sonar hasta que parara pero la curiosidad, la ansiedad y la culpabilidad de no atender, fueron primordiales antes del descanso que creía merecer.

Lo que la persona de la línea contigua le comentó, o en realidad, le gritó congestionado y desesperado, le paralizó temiendo no poder sostenerse entre su torso. La aglomeración de sensaciones negativas le inundaban arrasando todo escrúpulo de buen razonamiento, hasta hacerlo aterrizar en un fuerte cúmulo de fuego con llamas abrasadoras.

Llevó una mano a su boca y antes de sí quiera dejarle tiempo de responderle, Harry colgó con un grito que resonó en su oído y chocó estrepitosamente en su piel.

Se levantó con fiereza de su cómoda y acomodándose su antigua vestimenta, tomó las llaves necesarias para salir de allí, y cerró la puerta dejando el rastro de cansancio en el pasado.

Siguió la ruta del hospital que Harry le mandó por mensaje y presionó el acelerador hasta rugir por debajo de él.

No le importaba si el semáforo se hallaba en rojo, él continuaba. Mucho menos le importó, la molestia de otros conductores al cruzárseles. Ellos eran una molestia, de los que pronto se tendría que deshacer.

Por su sien bajaban gotas de sudor, lentas y burlonas hasta parar en algún punto: disipándose por debajo de su mandíbula, dejando una huella juguetona.

Él creía que no llegaría al hospital Wallace, creía que todo el esfuerzo que ponía por sostenerse cuerdo y mantener la agridulce calma que muy alejada de la realidad, necesitaba perseverar se desvanecería apenas llegara al hospital.

Marcó al número de su mejor amigo pero él no respondía a su llamada y la bulliciosa plataforma que sus ojos vislumbraron, no le ayudaron a alimentar su falsa tranquilidad.

Cuando hubo llegado al hospital, un sofocante hedor le interrumpió la ida. Se acercó a por informes y cuando nombraron el número de la habitación toda mesura se disgregó cuál nieve hermosa en el fiero tejado.

Corrió. Sus ojos comenzando a nublarse conforme el ascensor marcaba su marcha hacia el tercer piso. Sus manos formando un puño lastimero, golpeando la parte trasera de su cabeza. Su nunca, adolorida por lo incesantes golpes; su corazón latiendo pero paralizándose cuando las emociones viscerales le conferían primordiales que su juicio. 

Se sentía abrumado. Él solo quería descansar, dormir una noche porque al día siguiente tendría una reunión importante con su jefe. Descansar porque sabía, que su hija estaba bien. Porque ella llegaría como todas las noches y se haría un lugar a mitad de la madrugada con Liam, porque probablemente no lograría conciliar el sueño.

Pero ahora no era así, ella no estaba bien y Liam quería lastimarse hasta imaginarse que era un pesadilla de la cual prontamente despertaría. Él tenía que haberla llamado.

Pero no lo hizo.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Mr. Styles [ls]Where stories live. Discover now